30 de diciembre de 2015

Mi guía de lectura para el 2016


Como dije el año pasado, me está funcionando bastante bien marcarme retos de lectura. No los uso como una obligación para leer, si no como una guía para leer variedad y para, cuando no sé muy bien con qué seguir después, ayudarme a elegir un libro. Por eso, le he cambiado el nombre: ya no es "reto", es "guía de lectura".
El año pasado seguí el que propuso Bandinelli, y me fue muy bien. Así, leí tanto libros recién publicados como clásicos, como extranjeros o españoles. Como tenía que cubrir un cupo de antologías, descubrí Cuentos para Algernon, por ejemplo. Sin embargo, a medida que pasaban los meses vi que no era exactamente lo que necesitaba. Cuando hice la estadística sobre qué había leído durante el año, quedó claro en qué había fallado: no contemplaba las lecturas femeninas. Con ese reto me aseguraba una variedad de géneros, pero no de puntos de vista o de autores.
Así que he decidido que para este año voy a basarme en este reto, pero voy a tunearlo un poco.
Esto es lo que quiero leer:

Un libro de una escritora por cada libro de un escritor:
14 mujeres / 10 hombres
Chimamandra Ngozi Adichie / Joe Abercrombie
Alucinadas / David B. Gil
Ursula K LeGuin / Ernest Cline
Claire North / Frank Miller
Turid Rugass / Carlton Mellick III
Charlotte Brazy / Pablo Bueno
Marjane Satrapi / Ted Chiang
Virginie Despentes / Daniel Keyes
Virginia Woolf / Frank Miller
Carmen Bravo-Villasante / Ian McDonald
Naomi Novik /
Katherine Howe /
Sarah Andersen / 
Katharine McGee /

Tres libros de autores nacionales:
Alucinadas, VVAA
Hjos del dios Binario, de David B. Gil
La hora de los desterrados, de Pablo Bueno

Tres libros de autores no occidentales:
Todos deberíamos ser feministas, de Chimamandra Ngozi Adichie
Bordados, de Marjane Satrapi

Tres libros de relatos o antologías:
Alucinadas
Terra Nova 3
A la deriva en el mar de las lluvias

Tres libros publicados en 2016:
Hijos del Dios Binario, de David B. Gil
Armada, de Ernest Cline
La casa de arenas movedizas, de Carlton Mellick III

Tres libros clásicos:
La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula K LeGuin
La historia de tu vida, de Ted Chiang
La guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams

Tres cómics o novelas gráficas:
Batman, año 1, de Frank Miller
La niña que fui, de Charlotte Brazy
Bordados, de Marjane Satrapi

Tres libros de no-ficción:
Todos deberíamos ser feministas, de Chimamandra Ngozi Adichie
El lenguaje de los perros: las señales de calma, de Turid Rugaas
Teoría King Kong, de Virginie Despentes

Me saco la auto-obligación que me hice el año pasado de no repetir ningún título en varias categorías, porque leo despacio y solamente con cubrir este reto ya cubro el cupo de libros que leo al año (estoy alrededor de 30). Prefiero ser realista a ahogarme en diciembre.
También, me doy un toque de atención y por cada libro escrito por un hombre quiero leer uno escrito por una mujer. Tengo a muchas mujeres a las que quiero leer, pero parece que nunca me decido. Ahora es el momento de coger sus libros.
De los cambios que le he hecho al reto original, el que más curiosidad me provoca es el de leer libros de no-ficción. Hace mucho que no cojo un libro de no-ficción, y no sé siquiera cuáles voy a tener a mano. Pero también es cierto que después de varios años alejada de las aulas me estoy dando cuenta de que tengo lagunas en teoría de la literatura y en historia de la literatura, y que estaría bien intentar cubrirlas por mí misma (ya que mis profesores no se interesaron).
Y además, no olvidemos que el 2016 es el año de la Eurocon de Barcelona y el año pasado me propuse el reto de leer algo de cada autor confirmado... y ni sé cuáles lo están. Tengo hasta principios de noviembre.

19 de diciembre de 2015

Resumiendo el 2015

La segunda mitad del 2015 se ha pasado volando. A mediados de año me mudé a Castellón y y, entre intentar adaptarme y tirar para adelante, estos últimos meses han pasado sin que me dé cuenta. Incluso para la lectura, ha sido un cambio muy brusco y ha afectado a las cuentas finales de lectura, aunque ha sido bueno para la escritura.


Este 2015 me he entregado de lleno, un año más, a la fantasía y la ciencia ficción. Siempre tengo la impresión de leer más ciencia ficción, pero mirando a la lista de libros están más o menos parejos. El 2015 es otro año más de lecturas a la espalda con el que seguir reivindicando estos dos géneros frente al realismo, y he encontrado cosas preciosas que los realistas no serían capaces de crear.
A la hora de escribir esto, según mis cuentas, llevo 27 libros leídos, aunque Goodreads me dice que estoy en los 28 de los 30 que me propuse. No sé dónde está el desfase, pero todos los años me pasa igual. Aún quedan un par de semanas para que termine el año y voy a llegar justa a cumplir con mi propósito de Goodreads: en un par de días terminaré el libro que estoy leyendo y tengo que tener leído La carretera de McCarthy para el lunes 23. Ahí están los 30, justitos.
Porque aunque he leído según me apetecía y como quería, he tenido este año dos sequías de las que me costó salir: además de la sequía lectora de noviembre causada por el NaNo y que toca todos los años, este agosto fue imposible de afrontar. Tenía la cabeza en otra parte, no me enteraba de lo que leía y dejé un montón de libros nada más empezarlos porque no era capaz de concentrarme. Al cuarto decidí que no era culpa de los libros, si no mía (quizás lo de pasar noches a más de 30ºC también haya influido).

A pesar de estos dos tropiezos, estoy contenta con cómo ha ido el año. Releí con gusto y vicio Ready Player One, me metí en Marte con Mark Watney en El marciano en febrero (aunque parece que haya pasado mucho más tiempo), leí por fin algún clásico que tenía que leer sí o sí como Drácula o iniciarme en Mundodisco con Terry Pratchett y conocí a varios autores independientes que me encantaron, como Pandora despierta. También me acerqué a las letras españolas, que no sabía que podían hacer fantasía épica como la que escribe Pablo Bueno (y tengo desde hace semanas en el Kindle a Arkaitz León).

El año pasado me propuse para este 2015 conocer a China Miéville y a Aliette de Bodard. Al primero lo he disfrutado plenamente, y la segunda coincidió en agosto, por lo que le daré pronto una segunda oportunidad. Pero además he conocido a muchos otros, sobre todo gracias a las antologías Cuentos para Algernon: Ken Liu o Mary Robinette Kowal, además de Liu Cixin (al que he tenido que leer en inglés y me ha dado igual) o Tim Pratt, que conocí gracias a Hic Sunt Dracones, pero también está en esas antologías. También caí en las letras de Cory Doctorow, sin traducir.
Las antologías de este año ha sido todo un triunfo. Además de las dos de Cuentos para Algernon (de la tercera solo he leído el relato de Tim Pratt), me quedé enamorada de Tim Pratt a través de sus relatos, y tengo actualmente a medias Alucinadas, que está siendo un poco irregular pero con unas grandes joyas dentro. No me puedo olvidar de El espectroscopio del alma de Edward Page Mitchell.

He preparado unas estadísticas sobre mi lectura de este año, porque en números las cosas quedan más claras, y tan claras están que me han dado un susto:

Libros leídos (hasta hoy) 30:
Escritos por hombres: 28/30
Escritos por mujeres: 0/30
Escritos entre ambos: 2/30
Fantasía: 10/30
Ciencia ficción: 16/30
Otros: 4/30
Autores españoles: 6/30
Autores anglosajones: 18/30
Autores no occidentales: 3/30

¿No he leído NADA escrito por mujeres, salvo en antologías mixtas? No he terminado Alucinadas y por eso no cuenta... pero igualmente sería un 1/30 (y de mentira, porque sigue siendo extensión de relato). ¿Cómo puede ser que haya pasado un año sin fijarme en este “detalle”? ¿Cómo es que no he leído ninguna narración extensa de ninguna mujer? También se puede ver que mi propósito de leer no-occidental este año no fue demasiado bien, aunque eso ya lo sabía.
A pesar de esto, ha sido un buen año. Leí a medida que me iban interesando en los libros, sin agobiarme en las sequías ni caer en grandes maratones de lectura. Ya no tengo tanto tiempo en los aeropuertos para leer durante horas (sacando una noche que dormí en uno y me leí 200 páginas de Drácula hasta que mi cerebro dijo “basta”), pero sigo encontrándole momentos. Mi cola de pendientes sigue creciendo, pero es algo a lo que ya estoy resignada.

¿Para 2016 qué quiero? Primero, importante, quiero seguir dejándome llevar por los libros que me interesan y seguir disfrutando de la fantasía y la ciencia ficción. No quiero obligarme a leer nada, ni obligarme a no leerlo. Segundo, también importante, quiero mejorar la estadística en cuanto a lecturas femeninas. Por supuesto que conozco a autoras, y voy a darles prioridad. No sé si conseguiré un 50-50% de lecturas en 2016, pero lo voy a intentar. Quiero darle una segunda oportunidad a Aliette de Bodard. Quiero leer por fin a Nnedi Okorafor. Y también quiero leer un poco más en inglés.
Para todo esto me voy a hacer un pequeño reto de lectura que compartiré en unos días.

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16 de diciembre de 2015

Proyecto Exitium Z

Una extraña enfermedad que hace que los pacientes que vuelvan terriblemente agresivos surge en el centro de África y en apenas tres días se extiende a todo el mundo. Antes de que haya tiempo a darse cuenta de qué está pasando, la civilización cae y la Tierra queda poblada de extraños seres que enloquecen por conseguir carne humana. Junto a Juan, que sobrevive a los primeros días de pandemia de suerte, veremos cómo crece la enfermedad y los peligros de salir al exterior, en la búsqueda de más supervivientes y de sus padres. Mientras, veremos cómo el ejército se comporta de manera extraña e intuimos que está pasando algo que los civiles no conocen.

Proyecto Exitium Z reseña

Proyecto Exitium Z nos sitúa en el área rural que rodea a Coruña durante una epidemia zombie. Por una vez escapamos de los ambientes urbanos a los que las novelas de zombies o apocalípticas en general nos tienen acostumbrados y nos encontramos con los personajes escondiéndose en el monte, intentando navegar o matando zombies a sachazos (¿hazadados?). Además, la novela está ambientada en una zona que conozco bien: los 30km que separan Carballo de A Coruña, porque, aunque me la habían vendido como que se desarrollaba dentro de Coruña, los personajes no llegan a entrar nunca en la ciudad.
Más allá de derrumbarse por la muerte de la civilización, el protagonista, Juan, coge una mochila con víveres y se lanza al aire libre, hacia donde cree que hay supervivientes. Los personajes, primero Juan y luego más gente que se va encontrando por el camino, no dejan de estar en movimiento en ningún momento. A pesar de estar desarrollada en el rural, tenemos los ambientes bien definidos: tenemos monte, tenemos el interior de un centro comercial, una pequeña-larga travesía por el mar e incluso un pueblo mediano, lo más cercano a un entorno urbano que vamos a encontrar.
Se puede intuir que es una novela llena de acción. Los personajes no descansan ni un momento, no dejan de acechar, esconderse para huir, o estar en movimiento escapando, primero de los zombies, después del propio ejército. El libro no deja caer el ritmo en ningún momento, y si bien no me enganchó de verdad hasta el último cuarto, es difícil escoger un buen momento para decidir dejar de leer durante un rato.
En la novela la acción se va alternando con el relato del viaje de cada uno de los personajes con los que se encuentra el protagonista, además de un relato paralelo de la vida dentro del centro comercial y cómo vivieron ellos, cercanos al ejército, la primera semana de pandemia. Tenemos momentos de descanso en las persecuciones y en las huidas de los zombies, pero eso no significa que la novela decaiga o que tenga puntos de estancamiento.

Proyecto Exitium Z reseña

Por primera vez me encuentro con una novela de zombies en la que los infectados no son el único enemigo a temer. Desde los primeros capítulos aprendemos a temer a cierta división del ejército, que parecen onmipresentes y onmipotentes, del que los personajes tendrán que huir. Me parece que el autor ha conseguido jugar muy bien con las especulaciones de los personajes hacia los Zetas, hasta llegar a la revelación final en el último capítulo.
Los personajes tendrán que huir, no solamente de quienes quieren matarlos, si no también de quienes deberían protegerlos. En un principio Juan, y luego el resto de personajes, se encontrarán más inseguros todavía, ya que el ejército parece no tener límite de recursos y presupuesto, y los perseguirán por tierra en UROs, por aire con drones y ni siquiera en el agua estarán a salvo. A los lectores no se nos desvelará qué es y qué hace esa facción del ejército hasta muy avanzada la novela, dejándonos juzgarlos por sus actos e intentar descubrir qué quieren por nuestra cuenta durante muchas páginas.

En resumen: me ha gustado. Se nota la influencia de otras novelas de zombies, pero Proyecto Exitium Z tiene también varias notas de originalidad que, junto a que la novela no se estanca ni se vuelve repetitiva, hacen que sea una lectura agradecida. Que esté ambientada en una zona que conozco bastante bien me hizo dudar en un principio de si alguien que no la conociese podría disfrutar de ella, pero tiene tantas otras cosas que ahora estoy segura de que sí.
La única pega que le pongo es que la novela tiene muchos errores ortotipográficos. He hablado con el autor y me asegura que pronto actualizará el texto y se solucionarán en gran medida. Así que podéis descargarla y leerla sabiendo que tendréis una mejor versión que la que tengo yo.

También le he preguntado al autor, y habrá una segunda parte. Quedan las tramas y la historia demasiado abiertas para poder aceptar la novela como autoconclusiva. El último capítulo y la revelación del Proyecto Exitium Z y los Zetas no podía ser el último capítulo de la historia. No sé cuánto tendremos la continuación, pero estaré atenta a ver cómo avanzan Juan y sus compañeros en un mundo devastado que ahora tienen que reconstruir.

Proyecto Exitium Z es una novela autopublicada de Fernando Cabeza. Se puede comprar en Amazon en formato digital o en formato papel. La novela en papel se puede encontrar en Alita cómics (Coruña y Santiago) y Tótem cómics (Lugo). En su web podéis leer un adelanto de 40 páginas.


*Muchas gracias al autor por hacerme llegar una copia de su novela para reseñarla.

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1 de diciembre de 2015

Fin del NaNoWriMo


Ha terminado noviembre y quedan 11 meses para que empiece el próximo NaNoWriMo. De momento, el del 2016 ya se da por terminado.
¿Cómo me ha ido? Pues la situación siguió hasta el final más o menos como decía en mi última entrada:
Desganada. Sin estar contenta con lo que estaba escribiendo, pero en un sentido diferente. Normalmente, al escribir durante el NaNo sabemos que lo estamos haciendo mal, que está quedando feo, que no tiene ninguna calidad literaria. En mi caso, no estoy contenta con cómo he corregido y he escrito. Sobre todo, las casi 15,000 palabras de corrección sé que están mal enfocadas. Estuve corrigiendo ortografía y limando un poquito la expresión, cuando sé que algunas escenas necesitaban una reestructuración.
Pero lo he conseguido otro año más. Enfurruñada, enfadada y obligándome por las malas a escribir ese ratito por las noches llegué a las 50,000 el día 25. Hice un sprint los últimos 5 días, aprovechando que estaba corrigiendo y no tenía que pensar tanto, en los que pasé o me acerqué mucho a las 3000 palabras diarias y dejé de sufrir un poco antes de lo esperado.

Ahora, por partes, ¿qué he hecho?
He escrito historias cortas. He terminado algunas que tenía empezadas y empezado algunas que solo tenía esbozadas. Además, he corregido dos relatos que llevaban en espera desde hace más de un año. No están completamente terminados, pero están casi listo para publicar.
En total, son 4 relatos completados, una mini historia salida de un prompt un día que estaba completamente atascada y dos relatos escritos durante el 2013 corregidos. 52,500 palabras.
En pocas palabras: hice lo que quería hacer. Como cuando escribo voy pegada al mapa, las historias salieron como quería y por dónde quería. Me hubiese gustado corregir una tercera historia, pero estaba tan quemada que así como validé el proyecto lo dejé.
Sí ha habido un pequeño contratiempo: un relato que tenía esbozado no se dejó escribir. Desde que empecé a planificarlo en octubre tenía una vocecita que me decía “esto no vale como relato, esto vale por sí mismo 70,000 palabras” y terminé por rendirme a ella. Tengo muchas ideas relacionadas, tengo muchas cosas que quiero hacerle, así que dejaré madurar la idea poco a poco y es posible que tenga ya novela para el próximo NaNo. Me pasó algo parecido al planificar el NaNo de 2013, y trabajándola poco a poco, tuve una novela que me apasionó durante el 2014.

Además, me queda la experiencia de otro kick-off más que fructífero y mi primera quedada para escribir. Ha sido un buen año :)

Se termina noviembre, pero no se termina escribir. Durante 2016 no quiero volver a quedarme a las puertas de ningún concurso por no tener nada que presentar o por no llegar a tiempo. Este año quiero cumplir con el propósito de seguir escribiendo, y aunque me acabo de dar 5 días de descanso, en realidad llevo estos días rumiando una novela que me pondré a escribir pronto.
No es nada ambicioso y será muy breve, pero hace tiempo que me doy cuenta de que no sé corregir y va a ser material que, como será algo sencillo, podré machacar y machacar en correcciones y en cambios y en algunas cosas más que voy a practicar.

NaNoWriMo, te he vencido en 2015. Nos volvemos a ver durante 2016.

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Suficiente blog por hoy. ¡A escribir!