23 de diciembre de 2016

Reto de lectura para 2017


Termina otro año más, y como ya es costumbre, valoré cómo fueron las lecturas de los últimos 12 meses y llegué a algunas conclusiones.
Alguna de estas conclusiones, como decía ya en septiembre durante un streaming, es que sí, leí a tantas mujeres como hombres, pero no como planifiqué hace un año. Sobre el papel, el reto está superado, pero no estoy conforme con el resultado. Es un cambio enorme respecto al 2015, año en el que no leí a ninguna mujer, pero no me parece suficiente. Voy a ponerle remedio a esto.
Desde 2014 además estructuro mi reto de lectura según unos mínimos: intento leer un mínimo de novedades, de clásicos, de cómic, de ensayo... y como estos dos años me ha funcionado muy bien, quiero mantener el formato. Es una guía cómoda y útil para asegurarme de que leo variedad; y cuando me atasco con la pila, dejo que el reto decida por mí el siguiente libro.

El año pasado formulé mi reto de lectura basándome en que por cada libro de un escritor, escogería uno de una escritora. Como ha salido regular, quiero ponerle remedio. Llevo meses convencida de modificar este reto, y quiero dedicar 2017 a leer mujeres, pero esta vez en serio.
Durante 2017 solo leeré libros escritos por mujeres.
Ya no quiero escoger solo la mitad de los libros: los quiero todos. A ver si así llego a completar el reto que quise hacer en 2016.

Así que como reto de lectura para este año, seguiré este esquema:

Tres libros de autoras nacionales:
La cirujana manca, de Nuria Muro
Basura espacial, de Paz Alonso

Tres libros publicados en 2017:
Afrofuturos, VVAA

Tres libros clásicos:
El cuento de la criada de Margaret Atwood
Mendigos en España, de Nancy Kress
Como agua para chocolate, de Laura Esquivel

Tres antologías:
Cuentos para Algernon: año IV
Afrofuturos, VVAA

Tres cómics o novelas gráficas:

Tres libros de no-ficción:
Mala feminista, de Roxanne Gay
Los hombres me explican cosas, de Rebecca Solnit
Los diez mandamientos, de Jane Goodall y Marc Bekoff

La excepción por el hype:
Los últimos días de nueva París, de China Miéville

Quiero que sean únicamente escritoras, pero como tengo “obligaciones” lectoras, me voy a permitir excepciones:

-Los libros que escojamos para el podcast Los 4 navegantes. Al proponer títulos para presentar en diferentes programas, me comprometo a proponer solo los escritos por mujeres; pero es un proceso democrático y no siempre saldrán adelante mis propuestas.
-Libros que ya tengo en casa. Si están comprados y en mi estantería (o me lo regalan a lo largo del año) puedo colarlos en la lista.
-No cuentan los ensayistas. Me estoy aficionando al ensayo, y, de hecho, los necesito para trabajar ciertos temas para La nave invisible. Como me interesa más el tema que quién lo ha escrito, este reto afectará solamente a la ficción.
-Una excepción por el hype. Sabemos que los grandes lanzamientos, la publicidad y el hype están de parte de los escritores, y no soy inmune. Así que me reservo un pequeño hueco para elegir una de las novedades del año y “pecar”.

Creo que no me va a resultar demasiado difícil este reto. Desde octubre que solo estoy leyendo novelas escritas por mujeres, y no dejan de acumulárseme los títulos pendientes. También desde octubre o un poco antes, veo el nombre de un hombre blanco anglosajón en la portada y me da toda la pereza. Recuerdo estar en el Celsius viendo a Richard Morgan y pensar "este tío es majo, pero qué perezaca me dan sus libros". Que fue el sentimiento por el que empecé a leer libros de autores no occidentales, hace ya también unos cuantos meses. Estoy cansada, de una manera casi literal, de leer siempre desde el mismo punto de vista y las mujeres me han dado lecturas novedosas, tratos originales a los personajes, nuevos enfoques... así que este 2017 me entregaré a ellas y a ver qué sucede con el paso de los meses.

Estoy leyendo una media de 30 libros al año. Parece que con estas excepciones tampoco van a ser tantos libros... pero es lo que quiero comprobar. De momento, contando con estas circunstancias, en las que leo unos 10-15 libros “impuestos” al año, lo que quiero es elegir únicamente libros de escritoras. Ya tengo muchos libros que se van a escoger “sin fijarse en el sexo de quien escribe”: lo que quiero es que mi ejercicio consciente sea limitar la lista a ellas.
Quiero leer por fin a Octavia Butler, seguir con Ursula K LeGuin, seguir cayendo en las redes de Claire North... seguir alucinando con Emilia Pardo Bazán, leer por fin a Charlotte Perkins-Gilman. Leer una novela de Rosa Montero, atreverme con Cristina Fernández Cubas, quizás incluso decidirme a conocer a Isabel Allende o Laura Gallego. ¡Se ha anunciado que se va a reeditar por fin El cuento de la criada de Margaret Atwood! Y de ahí, ir tirando del hilo que las vaya conectando, dejarme llevar por las recomendaciones que surjan en La Nave Invisible.
A ver qué sorpresas y descubrimientos nos trae 2017. Ya tengo ganas de empezar.

*al igual que el año pasado, todo esto, incluso la división por mínimos, se suspende en el momento que se anuncie la salida de Las puertas de piedra, porque releeré la trilogía entera y a mi ritmo puede llevarme meses.

.

20 de diciembre de 2016

Resumiendo el 2016

2016 ha sido un año muy movido. Han pasado un montón de cosas, he recorrido miles de kilómetros por los libros, he leído un montón y conocido a mucha gente más. Ha sido mi primer Celsius y el primer Niebla de la historia. He abandonado libros, he devorado libros y he leído un poquito por obligación (autoimpuesta). He redescubierto la biblioteca. He conocido escritores, lectores, bloggers y vloggers.
Como resumen general, 2016 ha sido un buen año.


Sin resumen general, este año lo empecé leyendo un ensayo, como si fuese una profecía de todos los ensayos que iban a venir durante el resto de meses. Fue Todos deberíamos ser feministas, otro tema que ha ocupado casi el resto del año. A principios de año me había propuesto leer tres: uno por cada estación. He superado la cifra con creces, y además han variado mucho de temática: desde lenguaje canino a corrección de estilo, pasando por historia o varias visiones del feminismo.
También me he dejado llevar por los cómics un poco más que el año pasado. Seguí leyendo al Batman de Miller (y un poco de Alan Moore también) y volví a dejar que Marjane Satrapi me contase su visión del mundo (que para ser iraní, me cuenta cosas demasiado cercanas y conocidas).
Sin embargo, el género al que me he dedicado este año, como todos, es la novela. Ha habido alguna antología, porque el relato corto me vuelve loca (qué grande esa "Señora astronauta de Marte"), pero el género largo sigue acaparando la estantería. Si algo ha marcado las novelas de este año ha sido la búsqueda de autoras. No solo para mí, porque por fin hemos convencido a mucha gente de que las escritoras son las grandes olvidadas y ha habido un montón de iniciativas para subsanar este error cultural: arrancamos con La Nave Invisible, se creó el grupo Leo Autoras Fantásticas, lo petamos fuertemente con el #LeoAutorasOct y acaba de abrirse la web de Adopta una autora.

Al igual que el año pasado, en cifras se entiende mejor. A la hora de escribir estoy estoy a punto de terminar Como agua para chocolate y aún quedan un par de semanas de diciembre que no sé en qué libro invertiré, así que tengo en cuenta lo leído hasta hoy:

Libros leídos (hasta hoy): 32
Escritos por hombres: 12/32
Escritos por mujeres: 17/32
Escritos entre ambos: 3/32 (aunque una de las antologías contenía solo un relato escrito por una mujer)
Fantasía: 9/32
Ciencia ficción: 12/32
Otros: 9/32
Autores españoles: 8/32
Autores anglosajones: 17/32
Autores no occidentales: 6/32

Tengo dos grandes sorpresas después de hacer este recuento:
-He leído tantos libros de fantasía como “otros” (fantasía+ciencia ficción u otro género). Siempre tengo la sensación de estar leyendo solo fantasía y cuando llega el final de año resulta que estaba equivocada (el año pasado me pasó lo mismo).
-He leído el doble de libros de autores no occidentales de los que creía. En el reto de lectura que me pongo cada año tenía apuntadas únicamente a Chimmamandra Ngozo Adichie y a Marjane Satrapi, pero mirando bien la lista, también leí a Teresa P Mira de Echeverría (argentina), Virginie Despentes (francesa), Charlotte Brazy (francesa) y Laura Esquivel (mexicana).

Y ahora, el gran propósito de este año pasado: leer a tantas mujeres como a hombres. Llegado diciembre, estoy contenta con el resultado. Pero porque en la segunda mitad del año hice este mismoa análisis y me di cuenta de que no estaba funcionando como esperaba. Porque al principio, en cuanto a estadísticas, salía que estaba leyendo en igualdad, y además iba alternando: un libro de una mujer por cada libro de un hombre.
Pero saliéndome de las estadísticas, ellos se estaban llevando las novelas y ellas los ensayos breves. Para la lista, me estaba valiendo igual Todos deberíamos ser feministas, que tiene menos de 30 páginas, con Hijos del dios binario, que tiene casi 600. Estaba comparando El lenguaje de los perros, que tiene unas 55 páginas, con Medio rey, de casi 400. No era la idea de igualdad que tenía en mente.
Me di cuenta de esto poco antes del #LeoAutorasOct. Aproveché, empecé una racha femenina a finales de septiembre que ha llegado hasta ahora. Creo que desde que me subí al tren camino al Niebla no leí ni un libro escrito por un hombre, y eso ha equilibrado el balance de novelas.
Para evitar que esto vuelva a pasar durante 2017, he reorganizado mi reto de lectura. Lo publicaré completo en un par de días.

El gran éxito de este año ha sido Claire North, por si alguien lo dudaba. Las primeras quince vidas de Harry August ha sido la lectura del año y Touch me mira desde la estantería con ojitos desde el Celsius; pronto le toca el turno. Otro descubrimiento ha sido Pardo Bazán y su vida más que su obra (demasiado realismo y muy poca fantasía). La gran chafada ha sido El maestro y Margarita, de Mijael Bulgákov, la razón por la que no volveré a confiar en el criterio de Nevsky en mucho tiempo y probablemente tarde años en volver a intentarlo con la literatura rusa. Y de relatos... Mary Robinette Kowal y "La señora astronauta de Marte" se han ganado mi corazón, aunque podría pelear con Ken Liu y "Mono no aware". "La historia de tu vida" de Ted Chiang, que además tiene película, podría estar ahí arriba si Ted Chiang no se liase tanto y emplease tanto espacio en no decir nada.

Ya para terminar: este año el blog ha estado muy flojo, pero no todo lo demás. He disfrutado mucho leyendo, escribiendo, conociendo y viajando. Tengo ganas de empezar otro año nuevo, volver a coger ese avión de mentira para ir Avilés, seguir investigando y preguntando para La nave invisible, desvirtualizando gente y sacando adelante proyectos nuevos.
Nos volvemos a leer durante 2017.

.

15 de diciembre de 2016

El test de Bechdel en profundidad

Los que estamos acostumbrados a analizar la representación y las desigualdades en la ficción estamos cansados ya de aplicar tests, de conocerlos y ponerlos a prueba. Pero esta entrevista con Leticia Dolera me recordó que no todo el mundo suele hacer estas cosas, y que a veces parecemos extraños hablando de Bechdel, lámparas sexys, Furiosa y los nombres de otros tests que van saliendo.
Los tests de los que estoy hablando suelen ser usados para manifestar o analizar el machismo en diferentes obras narrativas. Se pueden aplicar en relatos y novelas, pero también en series y películas. Si tiene una historia y tiene personajes, se puede analizar, da igual su género y su época.
De todos estos tests, el más antiguo y más usado es el test de Bechdel. Y quiero analizarlo en profundidad porque se habla tanto de él que a veces se desvirtúa para qué sirve y qué significa que una obra lo supere o no lo supere.
Así que ahora vamos a ver el test de Bechdel en profundidad:

Test de Bechdel ejemplos

Le damos este nombre por Alison Bechdel, una autora de cómics. Las bases del test las sienta uno de sus personajes, que dice que ella no va al cine a ver una película salvo que cumpla con tres condiciones:

1-Que haya dos o más personajes femeninos que tengan nombre propio.
2-Que estos personajes hablen entre sí.
3-Que esta conversación trate sobre algo que no sea un hombre.

Los lectores hemos cogido este mismo test y a partir de su cómic (que en realidad empezó a cobrar fuerza en los primeros años del siglo XXI, 20 años después de su publicación) analizamos obras según estas tres premisas. Parece increíble, pero hay muchísimas obras (películas sobre todo) que no superan este test. Es más, poco a poco hay más obras que lo superan, pero si analizamos las de hace veinte años, lo extraño es encontrar una que cumpla, incluso, con las dos primeras premisas.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta cuando aplicamos el test, es que Bechdel no mide el machismo, sino la representación femenina; que está relacionada con el machismo pero no es lo mismo.
Bechdel pone en evidencia la brecha que hay entre personajes masculinos y femeninos, su peso en la historia y, derivado de eso, su relevancia en el imaginario colectivo. Con él somos capaces de ver, de manera rápida y sencilla, la poca participación que tienen las mujeres en la ficción que consumimos, en las obras que se vuelven icónicas y, en definitiva, en los modelos a repetir.
Bechdel no analiza el machismo en las obras porque la presencia femenina no lo es todo. Para analizar el machismo en las historias debemos recurrir a otra clase de análisis. El machismo es mucho más que representación: es actitud, son los temas que se tratan, la perspectiva... es un tema mucho más complejo que aparezcan por lo menos dos mujeres y hablen entre ellas. Aunque la cantidad de películas que no pasan el test dan que pensar y entonces podemos actuar.
El test de Bechdel, a nivel individual, película a película, tiene poca relevancia. Es casi un elemento descriptivo que muchas de las películas que lo fallan pueden justificar. De las películas estrenadas este año, Batman vs. Superman no lo pasa, por ejemplo; pero porque tenemos una cinta que trata sobre la lucha entre dos hombres, un tema tan importante que todos los personajes estarán hablando de ellos. Tampoco lo pasa El libro de la selva, una historia en la que solo tenemos un humano y los animales que la protagonizan están en grupos separados que no hablan entre sí (los lobos no se relacionan con los monos, por ejemplo; creo que solo Balú atraviesa varios grupos). Este test es potente a un nivel colectivo, panorámico. Mirando cada película individualmente lo podemos justificar o no parece importante, pero ¿qué sensación tenemos cuando el 40% de las películas estrenadas en un año no lo pasan? Entonces extraemos otra clase de conclusiones: ellas no son las protagonistas (porque otros personajes femeninos hablarían de ellas), son personajes anecdóticos (es sorprendente la cantidad de películas que solo tienen una mujer), están aislados, que no afectarán gran cosa a la trama o hablarían entre ellas para hacerla avanzar; y sobre todo, son personajes de los que no se cuentan historias. ¿Qué está pasando para que haya esta diferencia? ¿Por qué no se están contando las historias de ellas? ¿Por qué hay tan pocas mujeres en las obras de ficción?
Este test no es perfecto y es muy fácil de falsificar. Con que haya dos personajes femeninos que se cruzan durante un momento y tengan una conversación irrelevante de dos líneas, se considera que la obra lo pasa. Diez segundos no deberían compensar dos horas de película de personajes irrelevantes en un segundo plano, pero es como el test está diseñado. E incluso siendo tan fácil de pasar, hay una cantidad alarmante de obras que suspenden. Por eso estoy hablando sobre todo de películas: como con dos líneas de diálogo el test puede superarse, es raro que en los libros todas las conversaciones traten sobre un hombre y nada más. Aunque sea en un solo momento, en los libros se tocan otros temas, y por eso pasan el test con facilidad. Las películas en cambio, que tienen un espacio más rígido y limitado para contar una historia, tienden más a fallar.

Como decía, que una obra pase o no el test no ayuda a medir si es machista o es feminista. Si queremos hacer un análisis más en profundidad tenemos que tener en cuenta muchas más cosas. Y por eso, a veces, cuando nos ponemos a analizar obras, tenemos resultados inesperados:
En la lista de obras que no pasan el test, está la trilogía original de Star Wars, a pesar de que siempre se ha puesto a Leia como un ejemplo de personaje femenino bien construido. Tampoco lo pasan Shrek o Buscando a Nemo, a pesar de que ambos tienen personajes femeninos originales, independientes (quizás Dory es dependiente, pero no en el sentido que solemos usar “dependiente”) y sólidos. Hay un debate abierto sobre si La sirenita pasa el test o no: la protagonista y la villana solo mantienen una conversación, y aunque no trata de un hombre en concreto, está orientada hacia él. Gravity tampoco lo pasa, a pesar de tener un personaje femenino complejo, alejado de la dependencia de personajes masculinos, decidido, formado y capaz.
Sin embargo, La fiesta de las salchichas pasa el test, cuando dudo de que su humor se acerque al feminista. Crepúsculo también lo pasa, junto a 50 sombras de Grey, a pesar de sus relaciones tóxicas y la anulación de las mujeres por el protagonista masculino.

Si queremos analizar el machismo en las obras de ficción, Bechdel no nos sirve. Mako Mori, una reformulación de este test, sí podría funcionar. El test Furiosa es buenísimo, aunque como depende de la reacción colectiva hacia una obra, ignora las que no tienen grandes campañas de márketing.
Bechdel no es definitivo ni una varita mágica para ver el feminismo o el machismo de una obra. Aunque para abrirnos los ojos y ver que hay un problema en la representación es un primer buen paso.

.

1 de diciembre de 2016

35 defectos para tus personajes

Hace mucho, mucho, demasiado, que no me ponía a preparar una entrada de este tipo. Hace meses que la etiqueta “recursos para escritores” está parada, y no me gusta. Este tipo de entradas me encantan y sé que hay muchos lectores a las que les gustan. Así que vamos a ella.


Cuando creamos personajes, tendemos a hacerlos perfectos. Darles defectos y problemas a seres de nuestra invención nos cuesta. Queremos que todo sea fácil y bonito para ellos, pero ya sabemos qué pasa con los personajes perfectos: no les gustan a los lectores. Para crear un personaje memorable, para crear un buen personaje, necesitamos que tenga defectos y fallos. No es verosímil que sea perfecto, porque nadie lo es. Además, un personaje con defectos le da una nueva dimensión a la historia.
Otorgándole defectos a nuestros personajes, todos ganamos.

Así que después de dejar por aquí 13 estructuras argumentales, 40 giros argumentales, y más de 10,000 caras anónimas (con segunda parte), hoy traigo 35 defectos que darle a tus personajes. Son libres para quien quiera usarlos: los he recopilado para eso. No es necesario dar créditos y nadie va a reclamar autoría ni plagios. Se pueden usar cuándo y cómo se quieran. Porque los personajes tienen que tener defectos, pero no siempre sabemos cuáles darles, o solo se nos ocurren los mismos.

defectos para personajes


1-Tu personaje no puede hablar con alguien que le haya insultado u ofendido si antes no se disculpan
2-Tu personaje no es capaz de respetar el espacio personal de otros personajes.
3-Tu personaje necesita más espacio personal de lo acostumbrado, y cuando no se lo respetan, se pone muy nervioso.
4-Tu personaje mira a los ojos demasiado fijamente.
5-Tu personaje se pone nervioso cuando le miran a los ojos.
6-Tu personaje no tolera que le toquen, ni siquiera familia o amigos cercanos.
7-Tu personaje toca demasiado a los otros personajes.
8-Los ojos de tu personaje siempre están fijos en cicatrices o marcas visibles, aunque sepa que es de mala educación.
9-Tu personaje no sabe pronunciar el sonido s.
10-Tu personaje pronuncia mal muchas palabras.
11-Tu personaje emplea un vocabulario demasiado elaborado.
12-Tu personaje no tiene sentido del humor y no entiende ningún chiste, salvo muy malos y muy obvios.
13-Tu personaje critica constantemente a los otros personajes.
14-Tu personaje tiene una enfermedad crónica que quiere ignorar pero que no deja de llevarle al médico.
15-Tu personaje está obsesionado con enfermar o contagiarse.
16-Tu personaje se muerde las uñas y suele hacerse heridas.
17-Tu personaje fuma.
18-Tu personaje es torpe y no deja de golpearse.
19-Tu personaje se cruje los nudillos cuando está nervioso.
20-Tu personaje tiene facilidad para dislocarse huesos.
21-Tu personaje siempre llega demasiado temprano a todos sitios y tiene que esperar un rato a solas.
22-Tu personaje no puede pisar las rayas de los pasos de cebra al cruzar.
23-Tu personaje no puede pasar un día sin llamar a otro personaje (padres, amigo, ex, etc.) por teléfono.
24-Tu personaje cambia de lengua cuando se pone nervioso, pero ninguno de sus amigos le entiende.
25-Tu personaje es incapaz de decir tacos o maldecir.
26-Tu personaje no puede vestir nada que no sea de un color concreto.
27-Tu personaje viste muy llamativo.
28-Tu personaje compra libretas pero nunca las usa porque le da pena acabarlas.
29-Tu personaje tiene una fijación con la limpieza, pero no con el orden.
30-Tu personaje tiene una obsesión con el orden y la simetría.
31-Tu personaje cree en el horóscopo.
32-Tu personaje es incapaz de recordar las caras de otros personajes nuevos.
33-Tu personaje tiene muy mala memoria.
34-Tu personaje es descuidado y pierde muchas cosas.
35-Tu personaje no sabe contar historias.

Estos son solo 35 defectos que puede tener tu personaje. Hay miles más que podríamos darles. Podemos pensar en gente que conocemos y robarles sus defectos, incluso.
Así que, contadme en los comentarios, ¿qué otros defectos daríais a vuestros personajes?


.

21 de noviembre de 2016

El piso mil, de Katharine McGee

Ni siquiera hace dos semanas, después de terminar de ver uno de los capítulos de How to get away with murder, me puse nostálgica: hay algo que me falta en mis series, porque aunque How to get away with murder es adictivo, desde que se acabó Pretty Little Liars tengo un hueco que no consigo llenar. Un hueco que durante años llenó, primero Gossip Girl y luego Pretty Little Liars.
Y entonces llegó a mí El piso mil.

No era lo que esperaba. Cogí el libro en la biblioteca sin saber de qué iba, porque me llamaba la atención quién lo había traducido (Manuel de los Reyes, que os sonará por Brandon Sanderson y Paolo Bacigalupi). Y siempre que he escogido un libro por su traductor, he acertado. Lo único que sabía del libro es que hay una chica que cae de una torre altísima (porque la contraportada dice poco más) y estoy maravillada con lo que encontré dentro.

El piso mil, reseña

Avery, Leda, Eris, Rylin y Watt viven en una torre de mil pisos, que es en sí una ciudad. Los pisos superiores están reservados a los ricos, mientras las familias más humildes se hacinan en los inferiores. Los cinco chicos viven en la misma torre, pero no todos son amigos: les seguiremos mientras sus vidas convulsionan, se cruzan y se relacionan. Porque el dinero no te hace inmune a los problemas, y así como los cimientos de la torre son sólidos, sus vidas se van a tambalear como nunca hubiesen esperado.

En la sinopsis y en el prólogo adelantan que una chica cae al vacío desde la azotea de la torre. Y es cierto: hay una chica, que hasta los últimos capítulos no sabremos quién es ni qué le ha pasado, que se mata tras caer más de más de cuatro kilómetros de alto. Sin embargo, no es el misterio de quién será ella ni cómo llegó hasta allí lo que te hará seguir leyendo. Porque los cinco (o los diez, porque también conoceremos a Atlas, Cord, Mariel, Nadia, Hiral, Chrissa... y sus padres) consiguen tenerte sin querer cerrar el libro con sus vidas, sus líos y sus problemas.

Hay muchísimas cosas que me han gustado de El piso mil. Por una vez, me he entregado a unos personajes originales y carismáticos. A pesar de que a priori podríamos encontrarnos con la ya típica protagonista femenina irritable y caprichosa (como en Un cuento oscuro), la autora no se ha conformado con escribir personajes típicos y fáciles de conocer. Todos, incluso los secundarios, tienen su personalidad, su pasado, sus aspiraciones y su futuro. No he reconocido otros personajes en estos, y cuando creía conocerlos, hicieron algo que les dio una nueva dimensión y añadió profundidad. Son personajes vivos, personajes que se dejan conocer y con los que no se tarda en empatizar.
Aunque queda en un segundo plano, la novela tiene una visión futurista y optimista de la ciencia ficción que, aunque discreta, termina siendo imprescindible para entender a los personajes y su mundo. La trama principal no es la ciencia ficción, pero sí se apoya en ella: las lentes de contacto, la siguiente generación a las tablets, tiene a los protagonistas consultando información dentro de sus ojos; encontramos una IA que puede pasar por una persona; la propia existencia de la torre; las drogas comunitarias, controladas a distancia... No es una distopía, los protagonistas no tienen que salvar al mundo y sus vidas solamente les importan a ellos y a los lectores: se agradece el cambio de temática por fin.
Casi todas las tramas de los protagonistas se basan en sus problemas amorosos, pero los temas que toca no se quedan ahí. El piso mil es una novela juvenil, pero se aleja en muchos aspectos de otras que he estado leyendo últimamente. A pesar de la frivolidad de algunos de los problemas de los chicos, trata temas serios y con seriedad. La visión dura y aplastante que da de las drogas hace mucho que no la encontraba en ningún libro. Creo que no la encontraba desde los libros juveniles que se publicaban cuando era adolescente, que coincidió con una propaganda anti drogas onmipresente que nos llegaba desde todos los frentes: la literatura también. Hasta que leí las adicciones de Leda no recordé todos los años que hacía que no veía el tema tratado con detenimiento y seriedad en una novela -lo que no quiere decir que también se muestre la parte recreativa y no peligrosa de ellas.
Como digo, es juvenil, pero tiene un tono diferente a otros libros de este género que he ido encontrando últimamente. Y este tono se ve especialmente en el sexo. Crepúsculo fue el culmen de los libros juveniles mojigatos aleccionadores a favor de la abstinencia y el puritanismo, pero en El piso mil se aleja de esta visión: los personajes mantienen relaciones sexuales, fuera del matrimonio; algunos admiten que regularmente: y no pasa nada. Sin embargo, las escenas de sexo son la excepción y alguna tiende a la cursilería; pero es otro cambio de tono que se agradece.
Pero tampoco pierde la oportunidad de hablar de la pobreza y el clasismo. Las vidas de los protagonista están condicionadas por el dinero, por su abundancia o por la falta de él. Veremos la desesperación en varios de los personajes, además del clasismo sucio y desagradable de algunos de los que viven en la cima de la torre. Los protagonistas, aunque sus vidas terminan cruzándose, son muy diferentes entre sí, y una de las diferencias más marcadas es su dinero: no es lo mismo dedicar el día a relajarse en un spa que a pasarlo en dos empleos para evitar que le deshaucien.
El piso mil, además, es heredero de las peticiones de diversidad e inclusión que se llevan haciendo ya durante un par de años en las redes: la autora no ha escatimado en razas (causásico, negro, árabe, asiático occidental, asiático oriental... y seguro que me dejo alguna) y ha contemplado la homosexualidad en las relaciones de los protagonistas. Sin embargo, esta representación se me ha quedado corta. ¿Qué sentido tiene indicar que un personaje es claramente descendiente de asiáticos si no le aporta ningún rasgo a su personalidad, a su vida o a su visión del mundo? ¿Es relevante comentar la raza de un personaje si la descubres en el penúltimo capítulo? No son preguntas retóricas, y son cuestiones a las que les he estado dando vueltas desde que me di cuenta de la variedad de razas en los personajes.

Solamente tengo una queja del libro: y son todas las líneas dedicadas a describir el vestuario de los personajes. Es cierto que para ellos es importante, y en obras de referencia como Gossip Girl también es importante, pero al ser una serie no necesitamos esa descripción; sin embargo, a veces parecen demasiadas y sobre todo, innecesarias. Hay personajes a los que no les importa su aspecto, y más en escenas en las que es irrelevante, encontramos igualmente esa descripción. Para ser la única queja tampoco es para tanto.
El final tampoco me ha convencido. Tras desvelar quién se cae de la torre y cómo me parece que se ha forzado que quede la trama tan abierta. En los capítulos anteriores ya se ve claro que el final va a ser abierto, y en Goodreads ya está apuntada la segunda parte de la novela, pero queda muy artificial esa conclusión-revelación final y que presumiblemente será el hilo que seguirá la secuela.

Lo he buscado, y me parece mentira que todavía no haya fanart de esta novela. No en el fandom americano, porque el español de momento no existe. Como RBA le dé un poco de publicidad a esta novela os vais a hartar de ella. Y yo seré feliz.

El piso mil de Katharine McGee está publicada por Molino (RBA) (ISBN: 978-8427210325) y traducida por Manuel de los Reyes. Al principio se anunció como una novela única, pero en Goodreads aparece la segunda parte (todavía sin título ni fecha de salida).

.

13 de noviembre de 2016

El libro de las brujas, de Katherine Howe

Creo que es la primera reseña de un libro de no ficción que traigo al blog. Pero es que pocas veces un libro de ensayo hace tanto ruido en mi TL y en mis grupos de amigos y voy a aprovechar. Porque no solo de novelas está hecha la biblioteca, y a veces tenemos que tener en cuenta los ensayos.

El libro de las brujas reseña opinión

El libro de las brujas recopila documentos jurídicos relacionados con casos de brujería desde el siglo XVI hasta el XIX. Estos documentos se dividen, cronológicamente, en tres etapas: antes de Salem, Salem y Después de Salem. La editora hace una introducción a cada una de estas etapas y otra un poco más breve, contextualizando, cada documento que ha recopilado. A través de los documentos y de sus introducciones vamos conociendo quién era considerada una bruja, la importancia jurídica que tenía, las pruebas que se tomaban como válidas en un juicio y muchos aspectos más que rodearon a la brujería durante estos siglos.
El libro me ha servido para desterrar varios mitos que tenía sobre las brujas: el primero y más importante, no acusaban y ahorcaban (casi todas fueron ahorcadas, aunque hubo muchísimas acusadas y sentenciadas de brujería que no tuvieron pena de muerte) a las mujeres que consideraban una “amenaza”: las inteligentes; en cambio, la enorme mayoría de las brujas eran mujeres poco inteligentes, poco atractivas, malencaradas y de un nivel económico muy, muy bajo. Eran mujeres tan poco inteligentes que llegaban a creerse los rumores que se extendían sobre ellas y llegaban realmente a pensar que los delitos de los que las acusaban los habían cometido en realidad.
Esto lo resume muy bien Reginald Scot, ya en 1584. Era un escéptico que no creía en la existencia de brujas:

"Una clase de aquellas a las que se tacha de brujas son mujeres generalmente viejas de ojos turbios, tullidas, pálidas, malolientes y marcadas de arrugas, pobres, hurañas, supersticiosas y papistas; o mujeres que no conocen religión , en cuya razón aletargada ha encontrado el Diablo un buen asiento. Y de este modo, fácilmente son llevadas a creer que cualquier accidente , infortunio , calamidad o muerte acontece por su causa, con lo que imprime en su razón la firme y constante creencia imaginaria de que esto es así. Son enjutas y contrahechas, y reflejan sus rostros melancolía para horror de cuantos los contemplan. Son chochas , gruñoñas, locas, diabólicas y no muy distintas de aquellos a los que se tiene por poseídos por los espíritus."

El segundo mito es la presencia de hombres. Eran hombres en casi la misma situación que estas mujeres: poco inteligentes, poco agraciados, sin don de gentes y pobres. Muchos eran maridos de brujas, pero otros también eran solteros o viudos.
Y por último, algo que Howe podría haber explicado un poco más, para los que no estamos acostumbrados a tratar con textos de Derecho: la brujería solo era una causa más en un juicio: a las brujas las acusaban de delitos, que luego se explicaban mediante la brujería. Es decir, no se acusaba a las brujas por brujas, si no de haber causado una enfermedad mediante brujería, de haber provocado una muerte o una desgracia mediante la brujería. Por eso, aunque la religión está muy presente, los juicios eran civiles; creo que en el libro no aparece ningún juicio eclesiástico. Hay incluso constancia y varias referencias a brujas "buenas" a las que se recurría de manera habitual: a esas no se las acusaba ni se las juzgaba.

La primera mitad, aunque monótona ya que solo intercala breves introducciones entre textos legales de 1500 y 1600, es interesante. Sin embargo, cuando llega a la parte de Salem es cuando empiezan a notarse las carencias del texto.
He echado muchísimo de menos más texto y más explicaciones por parte de la editora. Los textos primarios son muy interesantes, pero las intervenciones de Katherine Howe son a veces demasiado breves y escuetas. En la parte de Salem, por ejemplo, no explica qué ocurrió en realidad. No pone en antecedentes, no explica por qué se desató ese miedo y esa rabia que vemos en los textos que nos mostrará. No conocemos a las acusadas ni a las sentenciadas. Hay textos sobre alguna sentenciada y alguna absuelta, pero no deja de repetir que hubo 19 ahorcadas y muchísimas más acusadas: vemos los textos primarios pero no están hilados.
Y esa es mi gran pega al libro: es un fantástico libro de referencia para quien quiera trabajar el tema de las brujas, pero es bastante deficiente en cuanto a texto divulgativo; que era la intención con la que lo empecé.


En El libro de las brujas no encontramos una historia de ellas, acompañada de textos primarios (muchos muy parecidos ya que trata sobre todo el mismo género: informes de acusación, informes de detención, interrogatorios), si no un corpus de referencia en el que apoyar futuros trabajos. Como lectora curiosa se me ha hecho insuficiente y deshilachado; pero a algún investigador le será una fuente valiosísima de material.

El libro de las brujas está editado por Katherine Howe y traído a España por Alba Editorial (ISBN: 9788490652244).

.

1 de noviembre de 2016

Un cuento oscuro, de Naomi Novik

Un cuento oscuro ha arrasado con todos los premios de 2016. Se ha llevado el Locus, el Nebula, el de Goodreads y además ha estado nominado al Hugo. No es ninguna tontería, debe ser un libro impresionante.
Sin embargo, a pesar de empezar bien, para mí se fue desinflando hasta llegar decepcionada al final.

Un cuento oscuro reseña

Agnieska es una campesina que vive bajo la sombra del Dragón: un mago que cada diez años baja al pueblo, elige una muchacha y se la lleva durante una década a su castillo. Nadie sabe qué ocurre allí dentro, solo saben que cuando termina el tiempo, la elegida no pasa más de un mes en casa antes de mudarse para siempre.
Pero Agnieska no está preocupada por sí misma: el Dragón elegirá a su mejor amiga, Kasia: es mucho más guapa, cuidadosa, inteligente y educada que ella. Pero cuando estaba preparada para perderla para siempre, el Dragón la elige a ella.
Agnieska se muda por la fuerza al castillo, donde descubrirá qué es la magia, desmitificará al Dragón y se dedicará a desobedecer por costumbre.

A pesar de los premios que ha cosechado, hay opiniones muy diferentes del libro. Hay gente a la que le encantó y gente a la que le aburrió. Al principio yo pensaba que estaba dentro del primer grupo, porque arranca, aunque previsible, interesante, pero no tardé mucho en desencantarme.
A pesar de esto, reconozco que el libro tiene virtudes.
Uno de sus puntos fuertes es la ambientación. Las aldeas por las que se mueve el Dragón, el Bosque, tan misterioso como amenazante; y el enorme castillo con sus salas, accesibles e inaccesibles. Novik, que no tiene prisa por hacer avanzar la narración, a veces se deleita describiendo los lugares por los que pasa la protagonista; un mundo bien construido y hecho para disfrutar.
Sin embargo, lo que más me ha gustado del libro es el personaje del Bosque. El Bosque es un elemento vivo, mucho más que un conjunto de árboles y seres amenazantes: el Bosque es un personaje más, implacable, terrorífico, misterioso y, sobre todo, sorprendente: es un personaje que se desliza poco a poco entre las páginas, cuando estás distraído con los enemigos del Dragón y el aprendizaje de Agniezka. Creo que es la primera vez que veo a un bosque como personaje colectivo, vivo y que toma parte en la trama.
El sistema de magia es interesante. No explica gran cosa sobre él, ya que Agnieska tiene un talento natural y, a pesar de todo lo que describe con pelos y señales, no investiga los diferentes sistemas de magia.

Pero a lo largo del libro ha habido más cosas que no me han gustado que las que me han gustado:
El principio es una sucesión de clichés, es volver a revivir a la protagonista torpe y poco atractiva que toma una relevancia que no espera y se encuentra ante un hombre poderoso que la controla y se la lleva a su terreno. Creo que todos hemos leído más de un libro con estos personajes y este inicio, y me atrevo a decir que ninguno ha resultado ser un buen libro.
No soy gran lectora de juvenil ni de young adult, pero me gustaría leer algún libro de estos géneros y que los personajes fuesen maduros y racionales.  Relacionado con el cliché previo, parece que los escritores no son capaces de concebir personajes jóvenes pero maduros e inteligentes: Agniezka tiene pataletas a cada poco, se deja llevar por arrebatos, desobecede órdenes precisas poniendo en riesgo su vida y la de personajes cercanos a ella... y en ningún momento parece que esté mal. Es lo que se supone que tiene que hacer. El Dragón le ordena quedarse en el castillo mientras él atiende una urgencia y ella se descuelga por la torre. El Dragón le dice que se asee un poco y se friega comida por la ropa para fastidiarle. Es una conducta tan común en personajes de estos géneros que ya no se le intenta reprender o dejarle entender al lector que es desagradable: parece que se ha vuelto la norma.
La relación entre los dos personajes principales durante la primera mitad del libro es desagradable e innecesaria. El Dragón no tiene diálogos en los que no insulte a Agnieska, por ejemplo. Es una relación tensa y desagradable sin ninguna justificación: el Dragón ya a la elige a ella a regañadientes y a ella, la única manera en la que se le ocurre rebelarse, es enfadarse y tener pataletas.
Si tenemos en cuenta que leemos la historia a través de los ojos de Agniezka, Novik ha creado además un personaje sin demasiadas luces: nos repite constantemente qué está pasando, qué pasó y quiénes intervienen, como si temiese que nos fuésemos a olvidar de una información que nos ha dado, además, recientemente. Agniezka, como se puede ver, no es, en general, un personaje demasiado interesante, lo que hace inverosímil que sea tan poderosa y aprenda magia tan rápido como lo hace.
Hay un par de intentos de violación al principio del libro todavía más innecesarios. Ya estamos hablando mucho de que es innecesario incluir la violación para caracterizar personajes o hacer avanzar la trama y no me voy a extender mucho más.
Y, sobre todo, la historia se estanca. Empieza con un ritmo rápido, ocurriendo un montón de cosas, presentando personajes, lugares y situaciones. La magia se desarrolla a buen ritmo... pero esto se acaba y pronto los personajes empiezan a darle vueltas siempre a los mismos temas. Como Agnieska tiende a la repetición, encuentras a cada poco información repetida, lo que obstruye el seguir avanzando en la trama y dejando actuar a los personajes. Entonces el libro se vuelve aburrido.

Aunque finalmente han vencido las cosas que no me gustan, reconozco que Un cuento oscuro tiene sus cosas buenas. Lo que me cuesta más reconocer es qué le han visto todos los votantes de los premios para conseguir estos resultados. Porque no es un desastre ni mucho menos, pero tiene los errores suficientes como para que esta pregunta sea legítima.

Un cuento oscuro de Naomi Novik está publicado por Planeta (ISBN 9788408151487) y es una novela autoconclusiva.
.

20 de septiembre de 2016

Mis 10 relatos favoritos

mejores relatos fantasía ciencia ficción

Hace unas semanas me crucé en Facebook con una cadena, pero una que no tuvo demasiado éxito. Hubo un par de amigos que la hicieron, otros comentaron en esa misma publicación, pero no se propagó por todos mis contactos. No como con #CastellónSacrificioCero, por ejemplo (pero ese es otro tema).
Nadie me nominó y cuando la vi me pareció muy larga y complicada de hacer. Pero no he podido sacármela de la cabeza. Hasta que me puse a hacerla por mi cuenta y me pareció material de blog.
La cadena pedía que hicieses una lista con los 10 mejores relatos que hubieses leído. Me gusta mucho el género corto y todos los años leo todas las antologías que puedo, pero nunca me había parado a pensar cuáles serían mis relatos favoritos. Cuando termino una antología sí que valoro si me gustó más que otra o fue floja, pero nunca lo había pensado en relatos individuales.
Empecé a darle vueltas a la cabeza. Mi lista es muy diferente a las que he visto en Facebook: llevo mucho menos tiempo leyendo fantasía y ciencia ficción que los que la cubrieron. En mi lista no hay ningún relato de Asimov o de Ursula K LeGuin. He leído muy pocos relatos clásicos, que supongo que están desperdigados en revistas y antologías publicadas hace décadas y descatalogadas (atentos a la mesa redonda “El cuento no vende” que habrá en el Niebla) y, salvo que conozcas el título concreto de cada uno, acceder a ellos será difícil. Así que son relatos bastante recientes, publicados como mucho hace 10 años. Muchos de ellos, además, están en antologías gratuitas o muy asequibles y fáciles de conseguir. Esta es mi lista, por orden alfabético:

mejores relatos fantasía ciencia ficción Casas rojas, de Nieves Delgado (publicado en Alucinadas I). El primer Alucinadas me gustó mucho, pero Casas rojas era un relato perfecto, novedoso en un tema casi trillado y muy bien llevado. No se me hizo corto ni largo: está perfecto en su extensión y su expresión.

26 monos, detrás del abismo, de Kij Jonhson (publicado en Cuentos para Algernon I). Lo que me gustó de este relato es la originalidad en la forma y en el contenido. Es fantasía, pero no la fantasía a la que estamos acostumbrados, ni siquiera un tipo de fantasía minoritaria. Parte de una premisa y una forma completamente nuevas, y además cuenta una historia muy bonita.

mejores relatos fantasía ciencia ficciónLa señora astronauta de marte, de Mary Robinette Kowal (publicado en A la deriva en el mar de las lluvias). Ya sabéis que esta antología solo me gustó a medias, pero los relatos que me gustaron, lo hicieron muchísimo. Creo que La señora astronauta de Marte es el que más me gustó. No es complicado, ni es demoledor como otros, ni complicado en su forma. Es un relato que parece sencillo, pero que juega con muchísimos elementos nuevos; junta dos o tres historias, pero lo hace de manera muy potente. Y sobre todo, cuenta una historia muy interesante y muy completa. Otros hubiesen escrito una novela, pero la autora lo condensó en un relato y es perfecto.

With her eyes de Liu Cixin (autopublicado en Amazon, traducido del chino al inglés, de momento sin traducción a español). Este relato es de esa clase de historias que te dejan tocado cuando las terminas. Creo que lo más terrible de ella es cómo está contada: tiene esa clase de narrador que le permite conocer al lector qué va a pasar (en este caso, qué está pasando) antes que a los personajes.

mejores relatos fantasía ciencia ficciónMono no aware, de Ken Liu (publicado en Terra Nova 3). Cuando me enteré de que Ken Liu iba a venir al Niebla, una de las primeras cosas en las que pensé fue en Mono no aware y cómo me había destrozado emocionalmente el relato. Que con qué cara iba a mirar a Ken Liu, con esa mezcla de admiración (dos de sus relatos están en esta lista) y odio que siento, gracias a su relato. Mono no aware es una historia relativamente sencilla, pero que es una apisonadora para los sentimientos. Es muy bonita, muy bonita, tan bonita que te destroza. Lo peor es que lo ves venir. Es así desde el principio, no tiene un final sorprendente demoledor. Es así toda la historia, sufres, pero sigues leyendo.

mejores relatos fantasía ciencia ficciónLa llamada de la Compañía de las tortitas, de Ken Liu (publicado en Cuentos para Algernon II). Al contrario que Mono no Aware, este relato es divertidísimo. Marcheto hizo un especial de humor dentro de su segunda antología anual e incluyó este relato. No es una apisonadora y hasta el final no puedes creerte lo que está pasando porque es muy surrealista, pero es fascinante cómo el personaje principal va saliendo del paso y... que es muy divertida. No solo me gustan los dramones.

mejores relatos fantasía ciencia ficciónLa otra clase de soledad, de George RR Martin (publicado en Una canción para Lya / Luz de estrellas lejanas). Empecé a leer la antología Una canción para Lya sin fiarme mucho, porque Canción de Hielo y Fuego no me había gustado. Pero tras avanzar unas pocas páginas vi que no se parecían en nada, y que el George Martin de la ciencia ficción me gustaba muchísimo más que el de la fantasía épica. De toda la antología me quedé enamorada del relato más corto, La otra clase de soledad. Es uno de estos relatos que son para presentarle a los académicos elitistas del realismo y estampárselo en la cara para que vean lo que es la literatura. Al igual que With her eyes, es otro relato demoledor en el que el lector sabe antes que el personaje (solo hay uno) lo que está pasando. Y es otro mazazo emocional, pero qué gusto de mazazo, así de bien escrito.

mejores relatos fantasía ciencia ficciónEl error, de Rosa Montero (publicado en Mañana Todavía). El error es otro relato muy corto y muy intenso. Lo que más me gusta de este relato es que no cuenta nada, pero lo cuenta todo. Rosa Montero deja las suficientes palabras clave y pistas para que, cuando cierra el relato sin ninguna explicación sobre su final, tengas más que claro lo que ocurre. La maestría de este relato está en lo que no cuenta. Que, probablemente, para explicarlo se necesitase más extensión que el relato original.

Sueños imposibles, de Tim Pratt (publicado en Hic sunt dracones). Esta antología me gustó tanto que se han colado dos relatos de Tim Pratt en la lista. Sueños imposibles plantea un juego de realidades palalelas, que, aunque los cinéfilos puedan disfrutarlo incluso más que yo, me pareció apasionante. Y toda una declaración de intenciones para empezar una antología de un autor hasta entonces (casi, gracias a Cuentos para Algernon) inédito en español.

mejores relatos fantasía ciencia ficciónVida con la arpía, de Tim Pratt (publicado en Hic sunt dracones). El segundo de los relatos de Hic Sunt Dracones. Me encanta este relato porque recoge la figura mítica de la arpía, olvidada en la mitología/folklore que se mete en la fantasía actual y le da una historia muy interesante. Una historia sin buenas ni malas decisiones: cada opción tiene muchas cosas buenas y malas, y que el lector dude tanto como el personaje me parece una manera de contar la historia brutal.



Me ha costado decidirme. He tenido que escarbar en las antologías que he leído últimamente para no olvidarme ninguno importante y cuando parecía que estaba la lista cerrada, aparecía otro que no podía dejar fuera. Y a pesar de eso, tengo apuntados algunos de los relatos que más aparecían en las listas de la cadena, por si alguna vez me cruzo con ellos.
Para los comentarios 10 van a ser muchos, pero ¿os atrevéis a hacer una lista con los 5 relatos que más os gustan?

.

16 de septiembre de 2016

Flores para Algernon, de Daniel Keyes

Flores para Algernon es un relato que dio el bombazo en los premios de fantasía y ciencia ficción en 1959. Ya entrados los años 60, Daniel Keyes decidió ampliarlo en una novela. Después de mirarlo con miedo durante casi un año, me decidí a leérmela. Y no me he arrepentido.

Flores para algernon reseña

Charlie es un niño retrasado al que le han prometido hacerle una operación para volverlo listo, incluso superdotado. Charlie, un chico amable, que solo quiere complacer y hacer amigos, convencido de que cuando sea inteligente la gente le querrá más y su familia lo aceptará, se somete a los experimentos de psiquiatras y neurólogos con toda su voluntad. En la novela, lo que leeremos es el Informe de Progresos que le mandan sus médicos escribir para poder seguir su evolución.
A través de sus palabras, sus pensamientos e incluso su ortografía vamos siguiendo la evolución de Charlie. Primero los informes son cortos, simples, confusos y llenos de faltas y confusiones. Pero poco a poco vemos que va mejorando...
Al lado de Charlie, como referencia, tenemos durante toda la novela a Algernon, una rata a la que le han practicado la misma operación que a Charlie y que resuelve todos los laberintos y problemas que se le plantean: es la rata más inteligente del mundo. Desde que a Charlie le presentan a Algernon los dos entablan una pequeña amistad que llegará hasta el final de la novela y que por momentos nos ayudará mejor a entender a Charlie.

Mucha gente me advirtió de que esta es una novela dura. Iba tan mentalizada que la empecé el año pasado y así como vi cómo estaba enfocada decidí dejarla para más adelante. Hacía unas semanas que mi cobaya Sally había muerto, y no estaba nada preparada para afrontar lo mismo con Algernon.
De eso hace un año, y solo ahora me he visto con fuerzas para leer su historia. Y sí es una historia dura, que te mete en una montaña rusa de emociones, pero por suerte, no es cruel con Algernon. O no demasiado. La peor parte se la lleva Charlie, aunque muchas veces no sea consciente de ello.
Me ha pasado pocas veces, ,pero mientras la leía, podía imaginarme formando parte de lecturas obligatorias en institutos. Flores para Algernon es una novela sobre la crueldad a la que puede verse sometida una persona a base de pequeñas humillaciones. Es una novela sobre la inocencia, sobre la bondad que hay dentro de cada persona y sobre la importancia de la enseñanza, así como de la humildad. Ya que se está volviendo común el término, es una novela que nos hace reflexionar sobre el capacitismo, quizás, como ninguna otra lo ha hecho jamás. En otras palabras: creo que Flores para Algernon es de estas lecturas que nos hacen entender al otro y nos hacen mejores personas.
Flores para Algernon trata sobre todo la crueldad de la sociedad para con aquellos que no son normales, que es lo que hace tan dura la novela. Charlie es un chico encantador: inocente, humilde, trabajador, amable y desde el principio se muestra colaborador y deseoso de aprender, de volverse listo. A través de sus palabras, y a medida que nos va contando su vida, también vemos cómo lo ha tratado la sociedad. Con buena o mala intención, con culpabilidad o sin ella, nosotros podemos ver en sus palabras muchas cosas que sabemos que a él se le han escapado. Daniel Keyes consigue hacernos culpables de algo que no hemos hecho, de algo que aparece en una obra de ficción pero sabemos bien que ocurre cada día.
He echado de menos que no se hable más de Algernon. La rata, al fin y al cabo, no es un personaje más; solo es un elemento en el que Charlie se apoya y refleja su evolución. Charlie se mide según Algernon: la rata hace el laberinto más rápido que él, luego lo hacen a la vez, y, por fin, lo vence. Sin embargo, esperaba que, ya que lleva su nombre en el título, Keyes convirtiese al animal en un personaje; pero apenas tiene importancia en la novela. La historia de Charlie es más compleja que la de Algernon y protagonista toda la novela. Así que por un lado, me hubiese gustado ver a un personaje en la rata, y por otro, me alivia.
Porque Flores para Algernon es un libro profundamente emotivo. Al conocer a Charlie desde un lugar tan íntimo y sincero como es un diario entre él y sus psiquiatras el lector conecta con él y sus problemas desde el inicio de la obra. Vemos su evolución, nos alegramos con él cuando vemos mejoría y empatizamos sin remedio cuando sabemos cómo lo ha tratado el mundo.
Además, cuando la inteligencia de Charlie empieza a aumentar, él cambia de intereses e inquietudes y Keyes abre más tramas que la médica y complica su vida; tanto que te hace desear que, por el bien de Charlie, deje esas amistades raras y vuelva a las situaciones en las que está cómodo.
Pero, como siempre, lo demoledor y el final de la montaña rusa de emociones llega al final. Que no por verlo venir es menos doloroso.

texto de alt

Según Goodreads, decenas de mis amigos han leído Flores para Algernon y todos le han puesto entre 4 y 5 estrellas. Yo le he puesto 5. Porque Charlie y su historia me han llegado adentro, porque su historia debe ser leída aún más y porque, a pesar de los momentos tristes, he disfrutado del libro y la inmersión que proporciona de principio a fin. No he sufrido duelo al terminarlo y abandonar los personajes, pero creo que este es un libro que te cala a largo plazo. Nos deja mucho para pensar y reflexionar, sobre la gente y sobre nosotros mismos. Porque, como dije antes, creo que es de estas obras que nos ayudan a ser mejores personas; y eso se puede decir de muy pocos libros.

Supongo que Flores para Algernon tiene varias ediciones, pero la que he encontrado más rápido es la de Gran Angular (ISBN: 978-8467511468) de 2006. Han hecho varias adaptaciones del libro, la más recordada es la película Charly, que se llevó un Oscar a Mejor Actor Principal.
Reseña en recuerdo de Sally. Porque los roedores son seres especiales que nunca deberían irse. Te quiero, cobaya.

.

13 de septiembre de 2016

#LeoAutorasOct

Carbaes, que ya organizó el #MaratónBreve, la está liando de nuevo. Mientras estábamos aún con el Maratón Breve, en una conversación en twitter salió la idea de que deberían hacer otro, pero de autoras femeninas. Fue días antes de que abriese La nave invisible... estábamos pidiendo a gritos más presencia femenina en las estanterías.
La iniciativa es sencilla: durante octubre, solo leeremos a mujeres. No hay restricción de obras, ni de extensión, ni de épocas. Mujeres. Queremos descubrir escritoras a saco. Queremos adelantarles puestos en la lista de pendientes. Hacer listas de escritoras y sus obras está bien, pero ponerlas en práctica y sacar sus libros de la biblioteca está mejor.

LeoAutorasOct

Lo grande de #LeoAutorasOct es la acogida que ha tenido. Automáticamente se empezó a apuntar gente (aunque aún estábamos en agosto), tanta que he perdido la cuenta; obviamente, desde La nave invisible aprovechamos el proyecto; he conseguido que en Los cuatro navegantes también leamos a una mujer (la multipremiada Naomi Novik y su Un cuento oscuro); las editoriales están sacando “recordatorios” de las mujeres que tienen en su catálogo e incluso creo que alguna dijo que iba a hacer algún descuento especial durante el mes; el club de lectura Chronos también escogió una lectura femenina; Gigamesh ha montado otro escaparate de escritoras y en La nave invisible estamos gestando una lectura conjunta. Parece que mi TL entero va a estar leyendo solo mujeres durante un mes y hace un año hubiese sido imposible.

¿Qué voy a leer yo?
Mi reto será más realista que para el Maratón Breve. Además, estaremos a pocos días de empezar el NaNo, así que entre preparativos, documentación y nervios cuento con que la última semana no sea demasiado productiva.
Para el podcast leeré Un cuento oscuro, de Naomi Novik. Lo que sé de esta novela es que tiene casi 700 páginas (pero la miré en la biblioteca y tiene la letra grande), es que es de fantasía no épica, gracias a Dios, y que ha ganado un porrón de premios este año. Alguna gente dice que es una maravilla, otros que solo es entretenido... la sinopsis no me atrae demasiado, pero tengo ganas de ver qué hay dentro.
Además, es hora de aprovechar y sacar de la pila Code name verity, de Elizabeth Wein. Según Adhara, su mejor lectura del año pasado. No he leído la sinopsis, pero tiene una nota altísima en Goodreads y con una recomendación así, voy a intentarlo. Está solo en inglés, seré valiente con él.
Creo que con estos dos tengo el mes cubierto. Son bastantes páginas entre los dos, octubre es un mes ocupado (final del Niebla y principio de la Eurocon, inicio del NaNo) y soy bastante lenta leyendo. Además, en septiembre me gustaría rescatar dos del Maratón Breve para los que no tuve tiempo:
-Una habitación propia de Virginia Woolf. No pudo ser en el Maratón Breve porque la biblioteca lo tenía prestado, pero ya está en casa. Intentaré leerla, hacia finales de septiembre.
-Como agua para chocolate. Sigo empeñada en volver a intentarlo con Laura Esquivel. Tampoco es extenso, pero tengo que leer muchas páginas este mes y quiero colarlo, pero no sé si tendré que dejarlo para diciembre (porque en noviembre ya sé que no puedo leer). Por lo menos no lo descarto como lectura próxima.

Además, ¿qué otras autoras recomendaría?
Este año he ido llevando las lecturas más o menos paritarias, así que he conocido varios nombres. Ursula LeGuin es una clásica a la que todos deberíamos conocer. Unida a Ursula LeGuin, no sé por qué, siempre pienso en Margaret Atwood y lo que se ha trabajo en estos últimos años para reclamarla como género. Obviamente, es hora de conocer a Claire North. Si alguien quiere experimentar con cómics, es de género realista, pero Marjane Satrapi es imprescindible. El próximo año al Celsius vendrá Ann Leckie, así que también hay que ir leyendo la trilogía de Justicia Auxiliar. En el Celsius también conocí a Elia Barceló y tiene tantos títulos y tan variados que seguro que ha escrito algo que se ajuste a cada gusto. Apuntada en Goodreads a espera de verla en la biblioteca, tengo a Madeleine L'Engle y Una arruga en el tiempo, un libro de fantasía juvenil/infantil que me da muchísima curiosidad. Y por seguir con el ensayo feminista, en la biblioteca tienen No soy ese tipo de chica de Lena Dunham y si no es a finales de 2016 será a principios de 2017, pero lo leeré.

En octubre leeremos a mujeres. Y es solo el principio, porque queremos cambiar los porcentajes de lecturas en 2017 y llenar las estanterías de escritoras. Ojalá pronto esta última parte de la entrada no sea necesaria. O, por lo menos, conozcamos todos los nombres y tengamos que ir a recomendaciones de autores clásicos.
¿Qué vais a leer en el #LeoAutorasOct?
.

7 de septiembre de 2016

Life is strange

Cuando empezamos a desarrollar qué clase de contenidos queríamos para La nave invisible, reservamos un espacio para lo que llamamos “otras narrativas”, porque somos conscientes de que, hoy en día, se cuentan historias de muchas más maneras que escribiéndolas y dándoles forma de libro.
Y aunque juego a videojuegos casi todos los días, normalmente los escojo sin historia: sandbox o plataformas, que es lo que mejor se me da y más me gusta. Pero hace unos meses me picó la curiosidad Life is strange. El primer capítulo estaba gratuito, así que lo descargué. Después de jugarlo, tuve que comprar los otros cuatro. Porque Life is strange no solo cuenta una historia, sino que lo hace maravillosamente bien.

Life is strange reseña

Max acaba de regresar a Arcadia Bay, un pueblo pequeño y aislado en el que vivió hasta hace unos años, para estudiar fotografía en una prestigiosa escuela. Cuando en el baño un chico mata de un disparo a la que había sido su mejor amiga, descubre que puede volver atrás en el tiempo.
Max salva a Chloe y retoman su amistad. Pero en Arcadia Bay ocurren muchas más cosas. Una amiga de Chloe ha desaparecido, un club parecido a una fraternidad acosa a varias alumnas, el padastro de Chloe está convirtiendo el instituto en una cárcel vigilada... y Max no deja de tener visiones en las que un tornado destruye el pueblo.

Durante los primeros capítulos me pareció que el juego trataría sobre la amistad de dos chicas de instituto que intentan escapar del acoso de los populares, con la gracia de que podíamos rebobinar en el tiempo, pero pronto vi que había mucho más tras eso. A medida que avanzas en el juego vas descubriendo tramas pararelas más oscuras y complejas que una historia de instituto. En el desguace descubres un mundo de drogas y mentiras, varios de los personajes del juego nos muestran el abuso de poder, e incluso el pobre pescador que sale en dos escenas (además del tornado que se tragará, supones, el pueblo) nos habla de ecologismo.
También, durante las primeras horas de juego llegué a quejarme de que parecía una película donde, de vez en cuando, tenía que buscar cosas en una habitación o dirigir una conversación. Pero cuando maté a Frank sin querer y volví atrás en el tiempo para arreglar el error, y no tenía por qué hacerlo, me di cuenta de que era mucho más: no es una película o un libro donde la historia esté hecha: yo hago la historia. Yo decido por dónde se van las conversaciones, qué ocurre con mis compañeros de clase, qué clase de persona es Max. ¿Esquivo las acusaciones, insulto a mi interlocutor, destripo mis planes, le doy un disgusto al otro personaje?

Life is strange reseña

Arcadia Bay es un mundo vivo, es un pueblo en el que cada objeto tiene su historia. Puedes interactuar con muchísimos objetos y personajes, y no sabes qué acciones determinarán el futuro. Caminar por las casas o por los pasillos del instituto te da la sensación de que la historia no gira a tu alrededor y se ha hecho para tu personaje: eres solo uno más, entre muchos. El mundo no gira a tu alrededor.
Los personajes son un punto fortísimo de la historia. Todos, hasta los que no tienen importancia en ninguna de las tramas (estoy pensando en Brooke o en el jardinero) tienen su personalidad y su historia. Todos los personajes tienen personalidad, y aunque algunos sean parecidos físicamente, los reconocemos por sus palabras. Sinceramente, no recuerdo la cara de Nathan ni qué ropa lleva, pero sé quién es, qué estudia y por qué lo odio tanto.
Quizás por tener tantos personajes tan complejos, Life is strange te arrastra dentro de la historia. Primero hace que te acomodes. Juega contigo: busca cinco botellas, encuentra el disco que te pide Chloe. Y una vez estás acomodado te traiciona y empiezan las decisiones difíciles, hasta que el juego se aleja completamente del mundo del instituto y ya no puedes escapar.
Las decisiones se hacen difíciles porque, como entiendes y conoces tan bien a los personajes, sabes que no hay blancos y negros, sino una gama enorme de grises. Hasta la revelación del quinto episodio no hay buenos ni malos, solo intereses encontrados y quizás, algún personaje más egoísta que otro. Además, pronto aprendes que aunque Max tenga la mejor intención, volver al pasado y cambiar la historia puede tener consecuencias catastróficas. Lo que hará que tengas que volver atrás, intentando con desesperación arreglarlo, sin saber si lo estás estropeando aún más. Una de estas decisiones fue la primera que me hizo gritar de horror con un videojuego. La última de todas, donde el mundo está tan destrozado que ya no puedes tomar una decisión buena, llorar.

Life is strange reseña

Es que, como decía antes, Life is strange tiene la extraña cualidad de meternos dentro de la historia, de involucrarnos. Por vacaciones tuve que dejarlo durante unas semanas, y al retomarlo tenía miedo de haber perdido esa conexión con el juego: a los diez minutos tenía la piel de gallina.
Y con este juego me está pasando algo que hace tiempo que no me pasa con un libro: estoy en duelo. No quiero separarme de Max y Chloe. Por eso busqué la banda sonora en spotify, por estoy buscando qué final desencadena tomar otra decisión y por eso estoy escribiendo esta reseña.
Dontnod, os odio y os amo.

Life is strange es un videojuego que se compone de cinco capítulos. El primero está gratuito en Steam. Por si alguien se atreve a probar solo uno. 

.

3 de septiembre de 2016

¡Zarpa La Nave Invisible!

Hace largos meses, un grupo de gente (no solo mujeres) nos empezamos a hartar de ver cómo sistemáticamente se ignora a las escritoras. Se ignoran cuando se recomiendan libros, cuando se compran libros, en las listas de mejores obras del año, cuando se organizan convenciones o conferencias y cuando se habla de escritores favoritos. Nos da entre pena y rabia ver los porcentajes de publicación de hombres frente a mujeres. El año pasado conté mis porcentajes de lectura, me escandalicé y este año los estoy consiguiendo llevar más o menos al 50%; hace unas semanas mi TL de Twitter empezó a contar los suyos y también se sorprendieron de las cifras que sacaron.
Un día estallamos. Anna dijo que ya estaba bien. Que teníamos que trabajar para ponerle remedio. Empezamos a reunirnos, a definir qué proyecto se ajustaría mejor a nuestros objetivos y habilidades... y tras varios meses de trabajo, hoy abrimos La nave invisible.

La nave invisible

La Nave Invisible es un rincón literario dedicado a la fantasía, la ciencia-ficción y el terror. Pero también se trata de un proyecto concebido con vocación feminista y divulgativa, que pretende luchar por dar visibilidad y reconocimiento a las autoras de género que parecen tenerlo más difícil para darse a conocer por el simple hecho de ser mujeres. Dicho de otra forma: aquí hablamos únicamente de narradoras y su obra.

La tripulación que formamos La nave invisible, y mucha gente que no se ha subido a bordo, estamos de acuerdo en que las mujeres no escriben peor que los hombres. En la calidad de las novelas no está la razón, así que tenemos que buscarla en otros lados. Personalmente, creo que tenemos un pensamiento subconsciente que nos dice que la ciencia ficción se le da mejor a los hombres que a las mujeres. Cuando racionalizamos esto sabemos que es mentira. Es más, este año, los grandes premios de fantasía y ciencia ficción los han ganado mujeres. Lo que no es subjetivo es que se publicita y se difunde más a hombres que a mujeres. Las campañas de marketing más agresivas son para ellos, los bestsellers son para ellos y la mayor parte de los tuits de los usuarios son para ellos.
Venimos a ponerle remedio a eso. Abrimos La nave para darles la difusión que por otros canales no se les da, queremos hablar solo de ellas y de su obra. Queremos vendéroslas, queremos que las leáis, que saquemos de las estanterías y de las librerías obras que están injustamente olvidadas porque las firma una mujer.
Pero también queremos ser sinceros: si alguna obra no nos gusta, os lo diremos. Para eso tenemos las reseñas y se está gestando algún artículo de opinión al respecto.

Abrimos hoy, pero La nave no está vacía. Hemos aprovisionado unos cuantos textos para que veais qué vamos a hacer y cómo queremos hacerlo. Tenemos reseñas, tenemos entrevistas, tenemos incluso artículos de investigación para conocer en detalle algunas obras o algún aspecto relevante de ellas.
Para la apertura, que hemos publicado como agosto, yo aporto (¡por fin la hice!) la reseña de Las primeras quince vidas de Harry August, de Claire North y una entrevista a Sofía Rhei, ya que en tres días sale a la venta su primera novela para adultos. Además, tenemos una reseña no muy benévola de Arenas rojas, de Gemma Bonnín, un artículo sobre las enfermedades mentales en la saga Lumatere, estamos creando una base de datos de escritoras y sus obras, el próximo mes empezaremos con los artículos de opinión y no queremos olvidarnos de las autoras de otras expresiones narrativas. Pero eso ya llegará.

La Nave Invisible espera vuestra visita y vuestras opiniones. Y si hay algo que os motiva muchísimo a escribir, podéis comentárnoslo y colaborar con la web y la causa. Tenemos todos los buzones abiertos.
Escribidnos. Leednos. Y, sobre todo, leedlas.

.

31 de agosto de 2016

Final del #MaratónBreve

Maraton breve


Durante esta semana pasada me volví loca para para el Maratón Breve y quise leer 9 libros en 7 días. Sabía que iba a estar complicado, pero no que la semana iba a estar tan ocupada, y al final me he quedado en 4 y dos medios. Alguno que tenía muchas ganas de leer no he podido conseguirlo y se ha colado algún otro a última hora. El reto ha quedado así:

-Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams: no me estaba gustando demasiado, pero varios problemas con la traducción (que quiero comentar en una entrada aparte) me hicieron dejarlo pronto. Me parecía buena idea leerlo ahora, pero creo que no tengo muchas ganas de ese humor absurdo que reina en el libro.
-La niña que fui, de Charlotte Blazy. Este se me coló en la lista sin darme cuenta. No es fantasía, no es ciencia ficción: es una autobiografía que explora el miedo y la ansiedad derivada de haberse visto en el abismo, la sensación de saber qué podía haber ocurrido... y qué pasa cuando la sociedad siempre carga la culpabilidad de una violación en la víctima. Es un cómic breve, que aparentemente pasa por encima de estos temas, pero que tras la parálisis de la protagonista esconde los sentimientos más profundos y más agitados que una historia puede mostrar.
-Bordados, de Marjane Satrapi. Otro cómic realista. A Marjane Satrapi todos la conocemos por Persépolis, pero se suele obviar que no es su única obra. En Bordados, después de comer, un grupo de mujeres alargan la sobremesa hablando de sus maridos, sus amantes y sus vidas amorosas. Marjane lo escribe para mostrar la realidad de las mujeres en Irán, tanto abuelas como nietas, en cuanto al matrimonio, la virginidad o las relaciones amorosas en general; pero esas conversaciones ya las había escuchado yo. En las clases de costura que compartía con mujeres de 70 y 80 años. ¿Es posible que la visión de las mujeres sobre el matrimonio y los hombres sea la misma en culturas tan alejadas?


-Teoría King Kong, de Virginie Despentes. Un ensayo sobre el feminismo, desde el punto de vista y la trayectoria vital de Virginie Despentes. Es rompedora, es malhablada, tiene ideas controvertidas y mezcla perfectamente la anécdota personal con el ensayo documentado y serio. Me ha encantado, por su manera de expresarse y por lo que expresa. Como en todos los ensayos, no estoy de acuerdo con algunas cosas que expone, pero me ha encantado conocer su punto de vista.
-La broma asesina, de Alan Moore y Brian Bolland. Dicen que La broma asesina es el cómic más oscuro y más perturbador de DC, y puede ser verdad. En esta historia se conocen los orígenes del Joker y se profundiza en el personaje. Batman no tiene nada de protagonismo, porque el Joker y su crueldad acaparan toda la historia. Y de verdad que es cruel.
-Cómo nos venden la moto, de Noam Chomsky. Esperaba más de este ensayo. No deja de ser un compendio de anécdotas y hechos históricos que prueban que la opinión pública se puede manejar al antojo de los gobernantes para poder hacer todas las salvajadas que puedan con el beneplácito de la población, en nombre de la democracia. Esperaba que profundizase en los métodos de la propaganda que consigue este efecto, pero se queda en las anécdotas. Que la propaganda maneja a su antojo la opinión pública ya lo sabía: vivo en España en el 2016. No será que no veo la propaganda desfilar todos los días y la población entrar por el aro.

La semana fue complicada. Perdí varias tardes en la protectora, una de ellas en un rescate. Fue sencillo, pero llevan tiempo (organizarse+rescate+veterinario+marujeos de protectora). Tuve menos tiempo para leer del que normalmente tengo y tuve un par de problemas con dos libros que quería leerme:
-Una habitación propia, de Virginia Woolf, que estaba en las listas de lectura de varios participantes, estaba prestado en la biblioteca cuando fui a por él. Lo devolvieron justo después de irme y ya no tuve tiempo de volver a por él antes de que terminase la semana.
-The last days of new Paris, de China Miéville, me llegó el martes 30 a casa, fuera de plazo del Maratón Breve. Obviamente voy a leerlo, y pronto, pero contaba con él para la semana pasada.


De mis propósitos iniciales, me quedé sin tiempo de abrir Como agua para chocolate, de Laura Esquivel y The thinkers de Liu Cixin. No hay excusas para ellos: no tuve tiempo. Ojalá lo hubiera tenido, pero como les tengo ganas, espero no tener que esperar mucho tiempo para poder atacarlos.

A pesar de quedarme varios títulos sin leer, estoy safistecha con cómo ha funcionado el reto para mí. Los libros que pude leer se salen de lo que habitualmente hubiese escogido. Conocía a Satrapi desde hace unos años, pero nunca me había decidido a leer Bordados y me ha encantado. Para hacer la lista de ensayo, conocí a Virginie Despentes, que ha sido el descubrimiento del semestre; y tengo varios títulos más, de más de 200 páginas, que se escapaban del reto, fichados en la biblioteca. He leído sobre todo cómic, que siempre quiero abordar pero parece que no encuentro su momento; lo he hecho y lo he disfrutado.
El Maratón Breve ha evolucionado. Repetimos mini reto de lectura en octubre, pero en vez de libros de menos de 200 páginas, leeremos a mujeres. Más información, de nuevo, en el blog de Carbaes. Repetimos en octubre.


Suficiente blog por hoy. ¡A escribir!