4 de abril de 2014

El corredor del laberinto, de James Dashner

Este libro llegó a mí en medio de una montaña de hype y de expectativas. Conocí la historia por el trailer de la película que van a estrenar en un año, y me captó al momento:


(aunque ahora vuelvo a ver el trailer y hay cosas que no me cuadran)

En realidad no es una novela, si no tres: El corredor del laberinto, Las pruebas y La cura mortal. He acabado ya los dos primeros.


La premisa de la que parte el libro es la misma que aparece en el trailer: Thomas se despierta, sin recordar nada, en un espacio grande, abierto al aire libre, rodeado de cuatro muros altísimos. Más allá de los muros hay un laberinto, que parece que no tiene salida, y por la noche se llena de unos bichos peligrosísimos que no dudan en matar a todo aquel que encuentren.
En ese espacio al aire libre ya viven casi cuarenta personas: todos chicos, de entre 13 a 18 años, ninguno recuerda nada de su vida anterior y algunos llevan cerca de dos años allí dentro. Todos los meses, el mismo día a la misma hora, envían a un chico nuevo, sin memoria y perdido. Como se hizo con todos los chicos las veces anteriores, intentan presentar a Thomas la vida dentro del Claro, cómo están organizados, qué tarea desempeña cada uno... cuando todo cambia.
Sin esperar mes, si no al día siguiente, aparece alguien nuevo en el Claro. Una chica. Y porta el mensaje de que todo va a cambiar.

Me ha encantado el libro. Es un libro bastante ligero, pero para los amantes de los enigmas y las preguntas sin respuesta. La primera mitad del libro solo se plantean preguntas y más preguntas: ¿por qué no tienen memoria? ¿qué hacen allí dentro? ¿por qué hay un laberinto si no lleva a ningún lado? y ¿por qué Thomas se siente tan cómodo en el laberinto?
Una vez todas las preguntas están formuladas y sobre la mesa, los acontecimientos se van sucediendo, cada vez a un ritmo más rápido, de manera que a partir del último cuarto de libro, dejar de leer es impensable. Es imposible cerrar el libro, no cuando se empieza a vislumbrar qué hay más allá de esas paredes. Por un lado, tienes la sensación de que tienes las respuestas que buscabas por fin, pero por otro, sabes que hay mucho más. Mucho más que Dashner solo se ha molestado en esbozar, pero que sabes que irá desarrollando en las continuaciones.

En aspectos más técnicos, me gusta la diferenciación que ha conseguido hacer con los personajes: realmente, todos son bastante parecidos, chicos adolescentes; sin embargo, dentro del Claro, todos tienen su personalidad, su manera de actuar y de hablar y son fácilmente reconocibles, a pesar de que no hay casi ninguna descripción física.
Me gusta cómo Dashner adopta un narrador aparentemente distante de Thomas, pero que sigue su punto de vista y su línea de pensamiento, que, además de mostrar todas las dudas y preguntas que le van surgiendo, que durante 250 páginas no son pocas, te sumerge en la historia sin que te des cuenta. El narrador traiciona: crees que tienes un narrador en tercera persona, imparcial y no comprometido con la acción, y cuando te das cuenta, te está trasladando el nerviosismo, el miedo o la tensión de Thomas. Y de nuevo, en 500 páginas, esto no pasa pocas veces.

Pero más allá del laberinto hay mucho más. Mucho más que, así como leí el informe final de CRUEL sobre el experimento del Laberinto, empecé a leer al momento Las pruebas. Pero lo que me ha parecido ese libro es muy diferente.

Suficiente blog por hoy. ¡A escribir!