24 de enero de 2015

El Marciano, de Andy Weir

No es la primera vez que digo que si mi cerebro se hubiese llevado bien con los números hubiese estudiado astrofísica o algo parecido. Sin embargo, mi cerebro es de artes, tengo muchos problemas con los números y tengo que conformarme con las historias que me llegan. Las estrellas, el espacio y todo lo que se relacione me encanta, aunque hay muchísimas cosas que no llego a entender. Conocí a mi novio cuando Felix Baumgartner se tiraba desde la estratosfera. Cuando la sonda Rosetta llegó al cometa Guerasimenko y consiguió aterrizar a Philae en su superficie pasé horas colgada del streaming. Cada lanzamiento que hay (sobre todo misiones no tripuladas) y del que me entero conecto el streaming. Moon es una de mis películas favoritas. No podía creer todo lo que me estaba gustando Gravity y pasé meses esperando ansiosa el estreno de Interstellar (y no me defraudó). He sufrido síndrome de Stendhal viendo el nuevo Cosmos. Tengo una lista de reproducción con canciones que hablan de estrellas o del espacio. Llevo desde pequeña intentando conocer el cielo a simple vista, y tengo el vicio de meterlo en casi todo lo que escribo. Verde y gris también tiene su escena de estrellas.
Así que se puede imaginar, aunque me ocupé de repetirlo mucho por twitter, lo que me emocioné cuando me enteré de qué iba El Marciano. No leí ninguna reseña, solamente la sinopsis. El hype general, además de la confirmación de Ridley Scott para la adaptación a película, me anticipaban que había algo grande ahí dentro. Pero huí de opiniones todo lo que pude, para evitar hacerme una idea de qué encontraría.
He terminado el libro y me ha encantado.

El Marciano de Andy Weir, reseña opinión

Mark Watney forma parte de una expedición a Marte, una de otras tantas encargadas de recoger muestras y realizar unos cuantos experimentos. Pero cuando la misión estaba empezando, una tormenta obliga a la tripulación a cancelarla y volver a órbita. Mark sufre un accidente, el resto de la tripulación le da por muerto y tienen que dejarlo atrás.
Pero Mark no estaba muerto. Y mientras sus compañeros emprenden la vuelta la Tierra y todo el mundo llora su pérdida, él tiene que sobrevivir, solo e incomunicado, en un planeta a milones de kilómetros de su casa.
El astronauta tiene que sobrevivir en Marte e idear un plan para volver a la Tierra. Pero cómo, con provisiones tan limitadas, con los sistemas de comunicación estropeados y con unos recursos escasos.
Y durante muchos días (soles en Marte), vemos cómo Mark traza planes y cómo hace cálculos para intentar dar cuántos menos pasos en falso mejor. Sufrimos cuando los planes no salen como esperaba (y pasa a menudo) y conocemos Marte en primera persona: el frío, la atmósfera, la geografía... Y sobre todo, conocemos a Mark, un tío peculiar que no es capaz de perder el sentido del humor y la ironía ni cuando su vida pende de un hilo.

Las primeras páginas se pueden hacer un poco densas, cargadas de detalles técnicos sobre la misión que llevó a Mark al planeta y sobre el equipamiento con el que cuenta. Eso, junto a los primeros planes que prepara para alargar las provisiones, por ejemplo, nos dejan un montón de siglas, cifras y aparatos que en la Tierra no conocemos; además de darnos algunas lecciones de química y de biología mezcladas con todo esto. De primera mano, por mi ignorancia en el funcionamiento de las misiones espaciales y química, no puedo decir si los datos son precisos o se inventa muchas cosas; los que sí lo saben dicen que todo lo que cuenta el autor está bien investigado y es real.
Pero tras los primeros soles en Marte, cuando Mark parece que empieza a pensar que no va a morir de manera inminente, la historia empieza a fluir. Los detalles técnicos se dejarán para cuando algo salga muy mal y tenga que cambiar los planes de manera radical.

El Marciano de Andy Weir, reseña opinión

Lo primero que me llamó la atención de la novela, y que no esperaba, es el toque humorístico que tiene. Mark, como apuntan desde la NASA, tiene una personalidad especial, es optimista y tiende al humor y al sarcasmo. Incluso en los momentos más complicados, Mark ha conseguido hacer que me ría, e incluso el soltado alguna carcajada.
El personaje de Mark me ha encantado. Sin conocer nada de su pasado y solo adivinando su vida en la Tierra según lo que calla, al terminar el libro tuve la impresión de conocerle bien. Es un personaje muy carismático y no tardé en empatizar con él. Como dicen las recomendaciones del libro, es un McGiver astronauta: es botánico, ingeniero y mecánico. Se maneja con destreza por los interiores de las máquinas y las herramientas, conoce y maneja un montón de datos y de información que usa para conseguir sobrevivir y es capaz de explicarlo de manera fácil. ¿Cómo funcionan las máquinas que reciclan el oxígeno para poder seguir respirando? ¿Cuántas calorías necesita ingerir hasta que pueda llevar a cabo la misión de rescate? ¿Cómo va a fabricar una radio para hablar con la Tierra?
Mark afronta los problemas de manera realista pero con una tendencia optimista. No es una historia desesperanzadora en la que asistes cómo va perdiendo las ganas de vivir y se deja consumir a espaldas de la Tierra. Es una historia en la que el protagonista coge el toro por los cuernos y hace todo lo posible para seguir vivo un día más.
Sin embargo, eso no impide que Mark tenga sus momentos malos. Cuando todos los planes fallan, cuando parece perder todo lo que tenía construido y se ve de nuevo solo, se enfada, se deprime e incluso tiene alguna pataleta en la que dice que es mejor dejar de fantasear y aceptar que morirá allí.

El Marciano de Andy Weir, reseña opinión
Mapa de Marte. Verlo en grande.
La única pega que le pongo a la novela es la cantidad de narradores que aparecen. La parte de Mark Watney está narrada en forma de diario, y además he contado otras cuatro, que me parecen accesorias. Se podrían haber combinado en un único narrador, y así, tener la primera persona para Mark y la tercera persona para la Tierra, la Hermes y los flashbacks.
Hay gente que dice que se le hizo larga, que tiene partes aburridas. Puede haber algún descenso en la acción, cuando Mark encamina sus planes y su superviviencia se vuelve rutina. Pero en Marte pueden salir muchas cosas mal, y de hecho, salen mal. Cuando la historia parece que se encamina, algo la tuerce. No hay tiempo para aburrirse, porque en un abrir y cerrar de ojos todo puede volver a fallar. Y no dejan de fallar cosas hasta el último capítulo.

Me ha encantado poder meterme en la piel de un astronauta, y especialmente uno que enseña cómo funcionan todos los aparatos que lleva, y para qué. Que me ha explicado cómo es estar en Marte y sobrevivir. Me ha encantado tener una historia que me ha metido dentro de la NASA cuando estaba en plena ebullición, que me ha explicado cómo se preparan las misiones (aunque esta sea ficticia y no haya nada preparado para un futuro próximo, o eso creo) y toda la gente que trabaja en ellas. Que también me ha metido dentro de cohetes y de cómo se preparan los astronautas para las misiones.
Me ha dado mucha pena terminarlo y (en cierta manera) abandonar Marte. Y sobre todo, creo que estoy sufriendo resaca por haber abandonado a Mark. De verdad me parece un personaje muy carismático, que me ha tenido mirando mapas de Marte para saber dónde estaba, qué tenía a su alrededor y hasta dónde tenía que ir para conseguir escapar del planeta. Y es un personaje que me da mucha pena dejar atrás. Espero que Matt Damon haga un buen Mark y me queden unos meses para dar por completamente terminada su historia.

El Marciano de Andy Weir, reseña opinión

El Marciano de Andy Weir está publicado en España por Ediciones B (ISBN 9788466655057). Está en marcha su adaptación cinematográfica, al cargo de Ridley Scott y con Matt Damon como protagonista. Actualmente están rodándola, el estreno está previsto para noviembre de 2015.

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5 comentarios:

  1. Tiene una pinta genial, la verdad, aunque me parece un poco rollo que tenga varios narradores porque creo que si lo leyera lo único que querría saber es qué hace Mark. Me lo apunto en pendientes porque fijo que algún día me lo leo. Y comprendo tu amor por el espacio y las estrellas. A mí también me fascina *-*

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    1. Yo también pensaba que solo me interesaría la parte de Mark, pero una vez que conectas con la NASA y empiezan a moverse también se vuelve interesante. Pero no es tan peligrosa como la parte de Mark, claro xD

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  2. Ayyy a mí también me gustó! Me alegra que lo disfrutaras. El protagonista me pareció carismático como dices y con un humor genial jajaja! Aunque es cierto que tantísimos datos técnicos pueden hacer la lectura algo densa. El pobre chico, siempre le pasaba algo pero claro ¡en Marte todo es imprevisible! Sufría por él, sinceramente!

    Besos :)

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  3. ¡Hola!
    Gravity no me gustó mucho, la verdad. Pero tengo muchas ganas de ver Interstellar, a ver que tal. Me da mucha curiosidad este libro, porque creo que me gustará. Lo que me da un poco de respeto es que las primeras páginas sean algo densas y lo de que haya tantos narradores...
    De todas formas espero poder leerlo pronto y disfrutarlo tanto como tú.
    Un beso

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  4. Madre mía, qué pintaza. Mientras ibas contando de qué va me han entrado muchísimas ganas de leerlo; una situación tan peculiar, de supervivencia en unas condiciones tan extremas y encima con un protagonista tan carismático... Tengo ganas de ver cómo se desarrolla, así que lo apunto para futura lectura.
    ¡Gracias por la reseña!

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