Y por qué ni Rey, ni Harry Potter, ni Kvothe lo son.
Desde que salió Episodio VII: El despertar de la fuerza, se ha criticado bastante a Rey por ser una Mary Sue. Lo que he visto por redes sociales, por blogs y por más medios, es que parece que nadie tiene muy claro qué es una Mary Sue. Entre los que afirman que Rey lo es, los que saben que no lo es pero no cómo justificarlo y los que confiesan no conocer el término se mueven casi todas las opiniones. Así que vamos a profundizar un poco en qué es una Mary Sue y por qué Rey no lo es. Y de paso, también borramos el mito de que Harry Potter o Kvothe también lo son.
Esta entrada tiene spoilers de Star Wars, Harry Potter (saga completa, JK Rowling), Crónica del asesino de reyes (Patrick Rothfuss), Los juegos del hambre (Suzanne Collins), Divergente (Veronica Roth) y El imperio final (primer libro de Nacidos de la Bruma de Brandon Sanderson). Pero avisaré cuando empiecen.
Una Mary Sue (a su variante masculina se le llama Gary Stu, pero por comodidad solo hablaré de Mary Sue) es un personaje perfecto: es excelente en los campos en los que destaca, normalmente varios y variados, sin necesitar un tiempo de aprendizaje. Es decir, tiene un don, una habilidad que no necesita cultivar ni necesita aprender: es excelente de nacimiento. Además, no tiene defectos: se le atribuyen muchas características positivas, y el autor no le da debilidades ni le permite cometer errores. Estéticamente, destaca de entre el resto de personajes, es atractiva en todos los sentidos, y normalmente se presenta con varios rasgos exóticos que la hacen destacar aún mas (los ojos de color especial o heterocromía y el pelo pelirrojo, que se ha convertido en un tópico, son dos de las características que más aparecen). La acción y el resto de personajes se mueven alrededor de ella, convirtiéndola en el centro de la trama y del mundo en el que está insertada. Su principal razón de ser es la interacción amorosa con otro de los personajes (o varios), que dejará el resto de temas, acciones y tramas en un lugar secundario, aunque a priori parezcan más importantes o sean más interesantes.
Los personajes Mary Sue se crearon en el mundo del fanfiction, como la autoinserción del autor mediante un alter ego. Así, el autor se permitía fantasear con las historias y personajes que le gustaban, y modificaba la historia canon para que él fuese el protagonista.
Pero hoy, las Mary Sue no viven únicamente en el fanfiction. Sin embargo, al dar el salto a la narrativa tradicional han adquirido un matiz peyorativo: se da por supuesto que un personaje Mary Sue es un mal personaje. El personaje Mary Sue es un personaje plano, que se mantiene sin evolución a través de toda la historia (o es muy breve y se da solo en los primeros capítulos), que no tiene defectos (ni, por lo tanto, gran verosimilitud) y que tiende a deformar las historias para centrarse únicamente en su interés amoroso. Es un personaje mal formado, poco planificado y, salvo para quien lo haya creado, carente de interés.
Al ser un personaje perfecto, sin curva de aprendizaje o con una curva de aprendizaje ridículamente breve, se está empezando a confundir con el héroe clásico y se está acusando a héroes clásicos de ser Mary Sues. Es cierto que la Mary Sue puede aparecer reflejada como “El elegido”, al igual que el héroe clásico. Pero hay varias diferencias que mantienen ambos tropos diferenciados:
La razón de la existencia, o una de las más importantes, es el interés amoroso. El resto de tramas se doblegan a esta necesidad, y lo que parecía la trama principal de la obra se desvirtúa para terminar dándole protagonismo al romance. En cambio, el héroe clásico puede tener tramas románticas, pero tiene una meta más importante que cumplir, aquella para la que es El elegido.
Mary Sue no tiene curva de aprendizaje. Es perfecta desde su nacimiento, incluso sin ser ella consciente. El héroe clásico, en cambio sí tiene curva de aprendizaje. El héroe clásico necesita ayudantes para cumplir sus metas, sean mentores, entrenadores o acompañantes. La Mary Sue podría lograr sus metas sola, y no cuenta con la figura de un sabio que la guíe. En la Mary Sue, sus virtudes aparecen de repente, sin darles una explicación lógica; el héroe clásico es excelente en sus habilidades, pero ha necesitado antes de un entrenamiento.
Aquí empiezan los ejemplos y los spoilers.
Por lo tanto, vemos que Rey, protagonista de Star Wars: El despertar de la fuerza se acerca más a héroe clásico que a Mary Sue. De momento no sabemos realmente nada de Rey, más que lo que se ve en la película. Se intuye que Jakku no es lo que ella llama “casa”, si no un lugar en el que está esperando a que vengan a buscarla. Cuando se sube al Halcón Milenario vemos que sabe pilotar naves cuando en Jakku no podría haber aprendido, y, con dudas al principio, consigue hacerlo volar.
Se puede intuir que hay mucho pasado de Rey que no conocemos: se intuye cierto entrenamiento, aunque no se puede afirmar con rotundidad. Sin embargo, no da la sensación de que mágicamente sea una gran piloto por sus habilidades innatas. Rey ha sido entrenada en algún momento, aunque no somos testigos de ellos. Si no hubiese entrenamiento, sería Mary Sue.
Otro punto para defender a Rey de la clasificación de Mary Sue es su fin: su función en esta película no es enamorarse de Finn (todo lo que hay entre ellos es amistad), si no encontrar a Luke Skywalker. Tras completar esta misión, y siguiendo la tradición de las películas de Star Wars, podemos aventurar que su función final será derrotar a La Primera Orden y resucitar a los desaparecidos Jedis. Rey, de momento, no tiene siquiera trama amorosa.
Además, vemos que Rey no es perfecta. Está atada a Jakku por la esperanza de que vengan a buscarla (podríamos decir que es una ilusa) y cuando se le ofrece el sable de luz de Luke lo rechaza aterrorizada. Pero supera este miedo para enfrentarse a Kylo Ren y luego entregarle el arma a Luke, por lo que vemos evolución. No vemos mucha todavía, ya que su arco debe estar planificado para tres películas y solamente hemos visto una, pero hay cierta evolución.
Rey no es una Mary Sue. Tiene ciertas habilidades excepcionales, pero solo eso no vale para clasificarla como tal. Un personaje femenino puede ser un héroe clásico y puede rechazar su trama amorosa para cumplir una misión principal que no esté supeditada al romance o a un personaje masculino. Rey es un héroe clásico, pero uno del que apenas sabemos nada aún.
Aunque esté hablando de Mary Sue en femenino, estas características también pueden darse en personajes masculinos, por supuesto. Uno de los más nombrados como ejemplo es Harry Potter, y eso es increíblemente erróneo.
La historia de Harry Potter y todos los personajes de la saga sí se revuelven a su alrededor: tiene fans antes de conocer su propio pasado, la gente le reconoce por la calle y tiene un trato deferencial en el colegio. Incluso sus detractores se mueven a su alrededor. Sin embargo, Harry no es infalible, ni su meta última es conseguir el amor.
Harry es un antihéroe: le cuesta aprender magia aunque bajo presión se crezca, tiene unas notas mediocres (la lista del grupo es Hermione, que le recrimina varias veces que no estudie tanto) y duda muchísimas veces. Harry llega a Hogwarts sin ninguna autoestima, siendo cobarde, callado, inseguro e incluso físicamente débil y pequeñajo. No destaca por ser guapo, ni inteligente.
La curva de aprendizaje de Harry dura más o menos 7 libros. Harry cuenta con amigos, con acompañantes y con mentores que le ayudan en su formación. Una Mary Sue podría haber derrotado sola al Señor Tenebroso desde el primer libro, y sin embargo, si no fuese por Ron y Hermione, durante los tres primeros libros no hubiese conseguido salir con vida (e incluso llegar a donde estaba Voldemort). Durante El cáliz de fuego no es capaz de adivinar ninguna de las pistas del Torneo él solo, y necesita la ayuda de mucha gente diferente para poder salir adelante. Una de las cosas que se mencionan de Harry cuando se habla de que es un héroe es que él siempre cuenta con el factor suerte: si no fuese por la suerte que le ayuda en el último momento, no hubiese podido superar todas las pruebas que se le ponen por delante, especialmente en la primera mitad de la saga.
Además, Harry tiene su razón de ser para derrotar al señor Tenebroso, aunque tardemos unos cuantos libros en darnos cuenta. Por el camino, como los adolescentes, tiene algún intento de romance. El que tiene con Cho Chang apenas se puede clasificar como romance, y solo en última estancia se casa con Ginny. Tan en última estancia que Rowling lo incluyó de pasada en el epílogo de Las reliquias de la muerte.
Harry Potter no se acerca ni a ser una Mary Sue.
Otro que se nombra, parece que con un poco más de justificación, es a Kvothe, de Crónica del asesino de reyes. Kvothe, a primera vista, parece una Mary Sue, además, formada a propósito por su autor. Sin embargo, hay un par de puntos que me hacen argumentar que no lo es:
Kvothe, físicamente, sí se presenta como una Mary Sue: es guapo, es atractivo en general, es el único pelirrojo de la saga, y es muy inteligente y habilidoso. Pero Kvothe no es perfecto. Tiene una gran fuerza de voluntad de la que tiene que echar mano varias veces porque, al contrario que Harry Potter, tiene mala suerte: para sobrevivir en Tarbean, para no rendirse frente a los profesores de la Universidad, o para seguir estudiando con Elodin a pesar de que no hace progresos. Kvothe aprende rápido, pero vemos cómo aprende; los conocimientos de alquimia no son innatos en él.
Kvothe es muy curioso y vemos, a lo largo de los dos libros que tenemos, cómo no deja de aprender: todas las páginas invertidas en entender a Elodin y en aprender a llamar al viento; también asistimos cómo conoce lentamente a los Adem y cómo aprende a comunicarse con ellos.
El motivo que mueve a Kvothe durante toda la trilogía (o eso pensamos ahora, a falta de un libro por publicar) es terminar con los Chandrian. Cuando leamos el final podremos decir si esa era su meta o solo lo pareció durante un tiempo. Kvothe sí tiene alguna trama amorosa, pero no son apenas relevantes para él. Por lo menos, no en comparación al tiempo dedicado a sus otras metas.
Para los personajes del libro, Kvothe sí puede ser una Mary Sue. Pero para los que conocemos la historia de boca de Kvothe, sabemos que no lo es. A lo largo de la trilogía vemos cómo Kvothe ha ido forjando una leyenda a su alrededor: el poderoso mago y feroz luchador que le roba la princesa al rey, que consigue sobrevivir a Felurian y muchas cosas más. Sin embargo, los lectores sabemos que las leyendas que se cuentan sobre él no son verdad: ni él mata al rey, ni incendia Trebon (lo incendia un dragón que él intentaba matar y que por error bajó al pueblo), y solamente ha engañado a Felurian temporalmente. Pero sobre las leyendas propias de Crónica del asesino de reyes se podría hacer un artículo propio.
De momento, queda argumentado que Kvothe no es una Mary Sue. Denna, en cambio sí podría serlo (es guapa, es muy habilidosa con el arpa y no hemos visto cómo aprende a tocarla y su única función es su trama amorosa con Kvothe).
Pero sí hay otros personajes que son Mary Sues en la literatura actual. Sobre todo en la juvenil:
Katniss Everdeen, de Los Juegos del Hambre, es una Mary Sue. Ya es una excelente tiradora con arco cuando empieza la trilogía, y no aprende gran cosa durante ninguno de los libros: apenas tiene evolución en general. Su mundo gira a su alrededor, hasta el punto de que la hacen líder de una revolución en la que no quiere participar. El propio Presidente de Panem se presenta en su casa y la amenaza personalmente.
La trama amorosa de Katniss, aunque ella no le da importancia, también está presente durante todo el libro. El triángulo amoroso con Gale y Peeta se arrastra durante toda la trilogía, además de la relación falsa con Peeta, que también está presente en toda la obra y que tiene bastante peso en el desarrollo de la acción.
Otra Mary Sue es Tris, de Divergente. Tris tiene una pequeña evolución: durante los primeros capítulos del primer libro es tímida y cobarde, pero así como llega a Osadía se olvida de ello y se convierte en una más. Tris no tiene curva de aprendizaje, pero sí un período de descubrimiento de sus habilidades. Se interesa románticamente con uno de los profesores de Osadía, con quien empieza una relación que durará hasta el fin de la trilogía y que condicionará el desarrollo del resto de tramas. También el mundo de Divergente gira a su alrededor: al igual que Katniss, los dirigentes políticos se centran en ella y se presentan físicamente, varias veces, junto a ella.
Tanto en Tris como en Katniss, vemos que tienen dos tramas paralelas: por un lado, el tema que parece principal en su trilogía, la trama política; por otro lado, su relación amorosa. A pesar de que la trama que más avanza y que más aporta a ambas es la política, las dos siguen dándole un peso excesivo a la amorosa.
Recientemente, me he encontrado con otra Mary Sue que nunca nadie había señalado: Vin de El imperio final:
Vin no solo es alomántica, si no que es excepcional y la mejor alomántica que encontraremos en toda la obra (unos poderes otorgados de nacimiento). Apenas necesita aprender, cualquier lección que Kelsier o cualquier otro de los alománticos quiere enseñarle, ella, o lo intuye o lo aprende en cuestión de páginas, casi de manera instintiva. En muy poco espacio, Vin pasa de no conocer sus poderes a saltar de ciudad en ciudad usándolos. El propio Kelsier admite que es excepcionalmente buena. Vin no se entrena en la lucha y sin embargo, consigue vencer, en los capítulos finales, al Lord Legislador, un semidiós inmortal que lleva más de dos mil años gobernando con mano de hierro.
Mientras Kelsier prepara los cimientos de la revolución en el campo, le encarga a Vin mezclarse con la burguesía de la ciudad. Vin inmediatamente llama la atención de uno de los herederos de la casa más importante, un chico que en principio desprecia las relaciones amorosas pero es incapaz de ignorar a Vin. También llama la atención de varias chicas burguesas, que se plantean atacarle y hundirla sin que Vin haya hecho nada para provocarlas. Dentro del mundo de las cenas y los bailes, Vin se convierte en el centro de atención sin proponérselo ni tener méritos para ello. También la casa de Lord Renoux gira alrededor de Vin: todo se acomoda para que Vin pueda cumplir con su misión, tiene sirvientes a su cargo, otros sirvientes hablan de ella a sus espaldas y cuando Kelsier aparece por la casa, se empeña en visitarla aunque no tenga nada relevante que contarle.
La función final de Vin, en El imperio final (no he leído los siguientes libros de la trilogía), no es otra que enamorarse de Elend Venture para salvarle en los últimos capítulos. Mientras Kelsier recorre el país reclutando un ejército y mientras Marsh se infiltra en la élite religiosa-política-militar de la capital del país, mientras se forma un ejército que termina ridículamente derrotado, tenemos que asistir, durante toda la obra, a la trama amorosa de Vin y Elend y conocer los movimientos de los otros personajes de pasada o de su boca, en breves relatos que le hacen a Vin cuando regresan a la ciudad.
Los personajes Mary Sue son comunes, pero no hay que obsesionarse buscándolos. Las características que forman a una Mary Sue son variadas aunque recurrentes, y a menudo se pueden confundir con otros tipos de personajes como el héroe clásico.
Una Mary Sue suele ser un personaje poco trabajado, poco verosímil y poco interesante, aunque eso no impide que estén presentes en obras de mucho éxito o que hayan pasado desapercibidas. Se habla de los personajes Mary Sue como algo negativo, aunque hemos visto que no todos destacan como tal en una primera lectura y no tienen por qué estropear un libro.
Que un personaje sea masculino no lo excluye de ser una Mary Sue. Y que un personaje femenino esté construido como un héroe clásico no lo hace una Mary Sue. Es más, un personaje femenino que se sale de su rol típico de dama en apuros o de apoyo al héroe, no tiene que ser una Mary Sue.
Bibliografía consultada:
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