Abraham Maslow fue un psicólogo de principios y mediados del s.XX que elaboró una teoría sobre las necesidades y motivaciones humanas. Consiguió descubrir qué motiva o impide a los humanos avanzar en su vida, cuáles son sus necesidades fundamentales y cómo se relaciona con ellas. Resumiré sus conclusiones en el blog porque me parece un recurso muy útil que tenemos que tener en cuenta, especialmente los que escribimos ficción, y más en esta ola de obras apocalípticas, post apocalípticas, o que ponen a la humanidad en peligro. Además de ser mucho más fácil ordenar las prioridades de los personajes, nos aseguramos de no fallar a la verosimilitud.
Maslow clasificó las necesidades humanas en cinco grandes bloques, y las ordenó en forma de pirámide. Al igual que la pirámide alimenticia, las que están en la base son más importantes que las que encontramos en la cúspide,
Los bloques de motivación son:
1- Necesidades fisiológicas. Son las necesidades básicas que garantizan la supervivencia a corto plazo: respiración, alimentación, descanso, necesidades fisiológicas y la ausencia de dolor. Maslow incluyó también el sexo, aunque seguro que se lo discutieron después.
2- Necesidades de protección. Son las necesidades que garantizan la supervivencia a largo plazo: seguridad física y de salud, seguridad de vivienda o refugio, necesidad de proteger los bienes y posesiones.
3- Necesidades sociales. Son las necesidades que relacionan al individuo con el conjunto de la sociedad y viceversa: fundamentalmente son la aceptación social y las relaciones de las personas con amigos, pareja, familia, etc.
4- Necesidades de estima. Es la relación que tiene la persona con otras personas y consigo mismo: aprecio, reconocimiento, reputación y dignidad, pero también competencia, confianza, independencia, etc.
5- Autorrealización: es la última necesidad del hombre, el crecimiento interior, la autosuperación, el concocimiento y la creación artística o contemplación de la belleza.
En forma de gráfico puede ser más fácil de ver:
En forma de gráfico puede ser más fácil de ver:
Una vez conocidas y organizas las necesidades, nos importa cómo se reparten estas necesidades y cómo un personaje va a avanzar a través de ellas:
Una persona (y por lo tanto, un personaje), no puede subir y bajar aleatoriamente en la pirámide: debe satisfacer primero las necesidades de la base para poder ir accediendo a las de escalones superiores. Es completamente necesario tener aseguradas las necesidades de un escalón antes de subir al siguiente. No puedes acceder al tercer escalón sin haber superado el primero y el segundo antes. Desde luego, no podrás acceder al quinto sin tener superados los cuatro anteriores.
Pero la situación de una persona dentro de la pirámide es dinámica: superar un escalón no implica no volver a bajarlo. De hecho, su posición en la pirámide variará mucho a lo largo de su vida. En un momento puede estar luchando por conseguir las necesidades del primer escalón, luego puede estar asentado en la mitad, pero pronto volver a descender. Aunque haya superado escalones en momentos previos, cuando vuelva a ascender no puede saltárselos: debe ir paso a paso de cada vez. En cambio, sí puede perder varios escalones a la vez y descender de golpe.
Vamos a ejemplificar el movimiento de personajes en la pirámide:
Tenemos a un protagonista exitoso: es un hombre de negocios con un coche grande, una casa grande, una mujer guapa y dos niños estudiosos. Está en el cuarto o quinto escalón: las relaciones sociales las tiene cubiertas, ahora trabaja con las necesidades de estima (cómo los otros personajes lo ven a él, cómo él los ve a ellos; además de que como tiene su salario y techo asegurados, quiere tener una familia feliz y una casa bonita, con un gran jardín y piscina -autorrealización).
Sin embargo, hay un brote zombie. En el caos, su familia desaparece. La urbanización en la que vivía sufre un incendio y se quema su casa. Su coche, sin gasolina, queda inservible. Nuestro personaje ha bajado de golpe del escalón más alto, la autorrealización, a la base de la pirámide: ya no le preocupa si su casa es bonita o va bien vestido, le preocupa qué comer. La respiración, mientras esté lejos del humo, la tiene asegurada. Pero no el alimento y el agua. Su primera motivación debe ser encontrar comida y agua.
Una vez encuentre una fuente de alimento, buscará refugio cerca de ella. Habrá subido al segundo escalón: la integridad física y la salud. Cuando tenga el refugio asegurado y tenga sus heridas controladas, podrá empezar a preocuparse del escalón superior: las relaciones sociales.
Pero en cualquier momento puede llegar una oleada de zombies. Perderá el refugio, la comida, bajará en la pirámide y tendrá que volver a satisfacer sus necesidades desde abajo hacia arriba.
La serie The Walking Dead (spoilers), por no salir del tema de los zombies, pasa los capítulos moviéndose entre los escalones de la pirámide: no tienen alimento ni refugio asegurado hasta que encuentran la granja de Hershel y pasan al tercer bloque dentro de la pirámide: establecen una sociedad e incluso un par de personajes inician una relación amorosa. Cada personaje busca su sitio dentro de esa sociedad e incluso empiezan a trabajar necesidades del cuarto: sobre todo, la confianza.
Sin embargo, una ola de zombies les obligan a abandonar la granja. De golpe, vuelven a la base de la pirámide.
Un tiempo más adelante, conocemos al Gobernador y al pueblo que dirige. Ahí están tan avanzados en la pirámide que ya están tratando temas de autorrealización: la supervivencia está aseguada y la sociedad funciona bien; aspiran a ser felices, a tener un pueblo agradable y bonito. También tardará poco en desmoronarse y la autorrealización que buscaban antes les parecerá algo superfluo.
Pero un ejemplo contrario, de una novela que no organiza correctamente las necesidades y motivaciones de sus personajes es Los Cien, de Kass Morgan (reseña). En esta novela, la humanidad vive recluida en una nave espacial que orbita la Tierra, ya que tuvieron que abandonarla al terminar una guerra nuclear. Deciden elegir a cien adolescentes para devolverlos a planeta y que comprueben si es habitable de nuevo. La premisa parece interesante, pero la novela no se sostiene cuando vemos que los personajes, en vez de preocuparse por sus necesidades básicas (la alimentación y el refugio) deciden dedicarse líos y desengaños amorosos (las relaciones sociales y las necesidades de estima). Todos los que leímos el libro destacamos la falta de verosimilitud de la historia, y destacamos que es lo que estropea la novela.
Esta teoría y esta pirámide, tan extendidas y aceptadas dentro de la psicología, han sido muy estudiadas y difundidas. Por lo tanto, se puede encontrar mucha información sobre el tema, que lo trate en más o menos profundidad. También se pueden encontrar muchas pirámides, con los conceptos explicados de diferente manera. Otros psicólogos posteriores a Maslow intentando rehacerla dividiendo algunos de los bloques de necesidades: hay pirámides con 7 o 9 escalones en vez de 5.
Pero esta es la base de la teoría. Para escritores, a primera vista, me parece suficiente. Si quiere investigarse un poco más, como dije, hay un montón escrito y divulgado para quien tenga interés.
La pirámide de Maslow es un recurso muy útil y del que hay mucha información de manera accesible. Saber organizar las prioridades de los personajes (o saber desorganizarlas en algunos casos) puede asentar los fundamentos de un personaje, marcar el desarrollo de la historia y sobre todo, darle verosimilitud.
.
.