26 de octubre de 2014

Battle Royale, de Koushun Takami

50 clases de toda La Gran República del Oriente Asiático son elegidas al azar cada año para participar en el Programa: los 42 estudiantes de la misma clase son encerrados en una isla, y las instrucciones para salir son sencillas: no se puede escapar, no se puede contactar con el exterior, y solo puede sobrevivir uno. Si pasan más de 24h sin una muerte, todos morirán.
Una de estas clases es la que protagonista este libro, la clase de 3ºB del instituto Shiroiwa, de la prefectura de Kagawa. Sus 42 estudiantes, que pensaban que iba a una excursión escolar, despiertan, en otro colegio, en una isla, de la que 41 de ellos no saldrán. Tras la conmoción de haber sido elegidos para participar en el Programa (conocido en todo el país), les entregan una mochila al azar que contiene un mapa, pan, agua y un arma aleatoria (que puede ser desde una metralleta a un tenedor) y van saliendo a la isla.
Pronto se harán alianzas, se reforzarán las amistadas o se romperán. Y cada alumno tendrá que crear su propia estrategia para ganar.

Battle royale reseña opinion

Casi 48h transcurren desde que el primer estudiante sale del edificio de la escuela hasta que el último superviviente se proclama ganador. Dos días y dos noches en los que buscar comida, medicinas o encontrar aliados sin descubrirse ante los alumnos más peligrosos solo retrasará una muerte inevitable. Cada alumno o grupo de alumnos idearán lo que puede ser su única posibilidad de superar el Programa: tendremos motines, intentos de rebelión, estrategias individuales, grupos que colaboran entre sí y alumnos que no dudan en matar a sus amigos si eso les ayuda a sobrevivir.
Battle Royale es una novela coral, donde tenemos a 42 estudiantes diferentes, con sus historias, sus amistades y sus experiencias y limitaciones. Se pueden distinguir un puñado de protagonistas, pero la novela no se enfoca únicamente en ellos: se teje así una complicada red de relaciones, de momentos clave en el pasado de los estudiantes que les empujan a desconfiar o a aliarse con sus compañeros. Cada uno de ellos tiene una personalidad, unas experiencias que decidirán cuál es su destino en la isla.
Para un lector occidental que no está acostumbrado a los nombres asiáticos esta red, compuesta principalmente por los 42 estudiantes, pero en la que entran muchos más, puede ser un poco complicada de entender. Sin embargo, a medida que pasan las horas y el número de supervivientes desciende, los nombres se van haciendo más recurrentes, vamos conociendo a los personajes y reconocerlos. Cuando quedan 20, por ejemplo, es mucho más fácil.

Lo que menos me ha gustado del libro es el narrador, en realidad. La voz narradora fluctúa entre momentos de registro elevado, casi cercano al punto de vista de los soldados que vigilan el juego; a momentos puramente coloquiales, introduciendo los pensamientos de los estudiantes en el hilo narrativo. No tiene una posición clara.
El narrador también se detiene a explicar pormenorizadamente algunos detalles, pensamientos y acciones que luego resultan ser irrelevantes para el desarrollo de la historia: los intentos de saboteo al juego de Shinji, por ejemplo, o el pasado de algún estudiante que muere al poco después sin haber tenido oportunidad a que ese pasado influyese en la manera en la que muere. Se retratan muy bien a los personajes, les da personalidad y se entiende que cuando, por seguir con el ejemplo de Shinji, cuando hacen algo es porque están seguros de ello y porque saben de lo que hablan. Pero por otro lado hace que algunas partes del libro se eternicen, se hagan largas y el ritmo se detenga.

Battle royale reseña opinion

En los primeros capítulos me quejaba de que el nivel de gore en el libro estaba más alto de lo que había esperado (y esperaba algo duro, puesto que no todos los estudiantes van a morir de manera bonita y sin sangre -no lo hacen). Pero lo que ocurre dentro del colegio de la isla, antes de empezar el juego casi me supera. La descripción de los cadáveres, y sobre todo, de los sonidos y los olores, casi hacen que dejase el libro: no podría aguantar 500 páginas más así. Sin embargo y para mi suerte, se relaja la crudeza de las descripciones y la crueldad con los personajes y da un respiro. Volverán las imágenes terroríficas, pero estarán espaciadas en el tiempo y no serán tan largas.

Sin embargo, sí me ha gustado todas las escenas diferentes que plantea, y que cada alumno realmente parece tener una personalidad diferente: no tenemos 4 protagonistas y una masa indiferenciada de personajes que actúan casi como un personaje colectivo, si no una clase real, con las relaciones que hay en una clase real: amigos, conocidos, amores secretos y rencores. También me parece que calca la personalidad japonesa en muchos de sus personajes: la cordialidad, el compañerismo, la fidelidad y el respeto por el espacio personal de los otros personajes. Lo que contrasta con los que no actúan así y se aprovechan de los puntos débiles de los compañeros.

Cuando se habla de Battle Royale, desde hace unos años, parece obligado hablar también de Los Juegos del Hambre:
Suzanne Collins niega* haber leído Battle Royale antes de escribir Los Juegos del Hambre, aunque a mí me parecía que había demasiadas coincidencias entre ambas obras como para que no hubiese influencias. Las normas del Programa y de la Arena son casi las mismas, aunque luego el desarrollo no tiene nada que ver, ni los personajes.
El mundo en el que se ubican ambas novelas, a pesar de estar gobernado por un sistema totalitario, tampoco me parece que se parezcan tanto: la división por distritos parece mucho más rígida que las prefecturas de la República; dentro de los distritos no hay diferencias sociales de clase y la economía de cada distrito marca la economía y la vida de sus habitantes, mientras en la República las clases sociales están mezcladas, o por lo menos en la escuela, y la economía de cada familia la decide su clase social y su trabajo. Ambos mundos están bajo la mirada de un gobierno totalitario, pero es lo único que los une.
Los personajes y el desarrollo del juego tampoco se parecen. En Los Juegos del Hambre tenemos el foco en Katniss y Peeta (especialmente en Katniss) mientras que Battle Royale es una novela coral en la que apenas destacan unos pocos personajes, y podemos aceptar que Shuya, Noriko y Shogo son los protagonistas, pero podrían haberlo sido otros. La historia que se quiere contar es diferente: la lucha de una clase por sobrevivir y la revolución y el cambio en el sistema político de Panem. En Battle Royale sí se habla de política, pero con una finalidad diferente: contextualizar el Programa; la finalidad de Los Juegos del Hambre es cambiar el mundo en el que viven los personajes, fraguar una revolución que vaya más allá del juego.
En caso de que Collins realmente no conociese este libro, más que una copia, Los Juegos del Hambre serían un homenaje a la novela de Koushun Takami. Suzanne Collins rescata la premisa que puso en funcionamiento la primera novela y la recicla y la adapta a la tecnología que conocemos o podemos imaginar desde el siglo XXI y le da un enfoque más próximo a nuestra sociedad que a la de 1999, cuando salió Battle Royale por primera vez: el boom de los realitys y el espectáculo televisivo.

Battle royale reseña opinion

Como resumen: Battle Royale me ha gustado. Me gusta más con un poco de perspectiva que mientras iba pasando las páginas más lentas y la historia parecía no avanzar, o cuando apenas podía relacionar el nombre de cada estudiante con su sexo. Pero en conjunto, me ha gustado.
Y me gusta mucho más que si no lees el epílogo, es un libro completamente diferente. Y que si tras leer el libro, vuelves a empezarlo, descubres que el final estaba ahí escrito, todo el tiempo, y no lo viste.

En España, Battle Royale está reeditado por Planeta en el 2013 (ISBN 9788408113119) gracias al éxito de Los Juegos del Hambre. Parece que Collins le habría hecho el mayor homenaje que podía esperar: rescatar un libro que había sido olvidado.

* En todas las fuentes que consulté se dice que Suzanne Collins lo niega, pero no he encontrado ninguna fuente de ella diciéndolo abiertamente. Únicamente, encontré fuentes en las que ella habla de sus influencias y no nombra a Koushun Takami entre ellas; solo nombra a autores ingleses y americanos.

Imágenes extraídas de la película del 2000.

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6 comentarios:

  1. Hola!!! por lo que hablas Juegos del Hambre se inspiro en este libro. La verdad que este libro me ha llamado la atencion, asi que lo intentare buscar en alguna libreria y te hare caso y no leere el epilogo.
    Nos leemos, un abrazo

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    1. No digo que el epílogo no se pueda leer, solamente que cambia al final radicalmente. El epílogo está muy bien, no lo critico: halago al autor por ser capaz de crear dos finales diferentes.

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  2. Siempre he tenido curiosidad por Battle Royale. Nunca he leído nada gore (y es posible que lo desprecie después xD). Tendré que ponerlo en mi lista de libros por leer...

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  3. Es cierto. Yo no había oído hablar de Battle Royale hasta que no surgió la polémica sobre si Los Juegos del Hambre eran o no una copia de esa novela. Desde entonces tengo ganas de leerla, pero mis experiencias con los autores japoneses no han sido muy buenas XDDD Así que lo estoy retrasando.

    Lo de las copias y tal... Es que casi todo está inventado XD Cuando le explicaba a mi pareja el argumento de Los Juegos del Hambre -andaba yo muy flipada con la lectura- me comentó que se parecía, no solo a Battle Royale, sino a una película del "Chuache" (nunca aprenderé a escribir su apellido) basada a su vez en un libro de Stephen King: The Running Man. En este caso son presos los que luchan por sus vidas en un reality show.

    Lo que pasa es que aunque puedan parecerse pues no son lo mismo. No sé. :)

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  4. Sí que se ha hablado de las similitudes con "Los juegos del hambre", aunque yo conocí este último antes que "Battle Royale". Tantos personajes que al final ni pinchan ni cortan no me gusta nada, pero es que tengo mucha curiosidad por saber como se desarrolla esta historia. No me ha quedado si te gusta más este o la trilogía de Susan Collins, o simplemente te parecen diferentes y ya.

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  5. Me gusta mucho la película, pero al verdad es que no tengo mucho interés en leer la novela. No sabía que Collins había desmentido lo de que no se basó en Battle Royale para hacer LJDH, daba por sentado que así era. En fin, después de todo la idea de meter a un grupo de personas en un lugar para que se maten no es nueva, aunque Battle Royale la adornó de tal forma que pareció única y luego Collins la aderezó hasta convertirla en una gran distopía.

    :-)

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