Como dije en la entrada anterior, pasé Fin de Año leyendo y devoré páginas y páginas. En realidad, devoro letras cada vez que voy a ver a mi novio: suelo tener horas de sobra entre esperas en autobuses, aeropuertos... y que a él le gusta leer y nos encanta leer juntos. Durante estos días festivos aproveché para darle un empujón final a La lluvia es una canción sin letra, de Ángel Gil Cheza. Me había enganchado antes, pero esas horas de lectura que tuvimos me supieron a gloria.
Había escuchado hablar de este libro. No suelo leer reseñas de libros, solamente las tres o cuatro primeras líneas para hacerme una idea de qué le ha parecido a quien escribe. Y escribían cosas preciosas. Me dio la impresión de que era un autor indie, autopublicado por Amazon, que había subido su primera novela. No he investigado mucho sobre ella, pero sí se ve que es autopublicada, y cuando la compré en Amazon se había colado entre los más vendidos. Estaba en oferta y no lo dudé.
La lluvia es una canción sin letra nos cuenta dos historias. La primera, situada hace 10 años, la de Josep: un chico que huye de Castellón para trabajar en un yacimiento arqueológico en Irlanda, donde conocerá a otros arqueólogos, Dublín, sus pubs y algunos pueblos pequeños. Se enamorará de los huesos de una vikinga enterrada entre cristianos y nos sumergirá en la vida de la arqueología, su manera de pensar y su manera de hacer.
La otra historia nos lleva unos cuantos siglos atrás: en el siglo XI, un vikingo, Thorgest, llega a tierras irlandesas para vender su reputación en el campo de batalla. Tras la traición de un aliado en una batalla, una irlandesa lo recoge del campo de batalla, moribundo y lo cuida hasta que se recupera. Thorgest e Eimear inician una extraña relación que seguirá, a su manera, durante todo el libro.
Las historias son mucho más, pero no voy a adelantarlas.
El autor nos sumerge a través de las dos historias en el mismo mundo húmedo, lluvioso y de eterno invierno que es Irlanda, y que, a pesar de estar separadas por tantísimos años, se relacionan entre sí. Por un lado, conocemos la batalla contra el tiempo de los arqueólogos, la batalla de Josep contra sus jefes; y por el otro, la batalla más cruenta de los reyes irlandeses y vikingos por el poder.
No sé cómo explicar todo lo que me ha gustado el libro. Me ha gustado todo: los ambientes, tanto el de Castellón (de donde es mi novio y que conozco un poco), el irlandés, tan parecido a Galicia en el frío y la humedad permanente; las dos historias, la manera en la que se relacionan; las anticipaciones que te llevan hasta el final... y el final, que es capaz de sorprender y emocionar. Recuerdo leer el funeral vikingo con la piel de gallina y un nudo en la garganta, sabiendo que llegaba al final del libro y que unas cuantas páginas más allá no volvería a leer sobre Eimear, Thorgest, Josep, ni ningún arqueólogo.
Es un placer de leer. Es uno de estos libros que te recuerdan por qué te gusta leer y que enseñan lo que es enamorarse de las historias y los personajes. Además, sabiendo la carrera de Gil Cheza, se tiene la certeza de que es un libro fiel a la historia: no se ha inventado la vida en el campamento, ni las maneras de hacer de los vikingos en la batalla, ni las alianzas irlandesas. Es de esos libros que te hacen aprender mientras disfrutas.
Si tuviera que ponerle alguna pega, diría que hay algunos errores de estilo, sobre todo en la primera mitad del libro, y llegué a pensar que era un libro completamente autoeditado y que no había contado con una revisión ortotopográfica. Sin embargo, he estado leyendo un poco sobre ella y parece ser que sí está corregida. También acabo de leer que ya está traducida al inglés, se va a traducir al esloveno y que saldrá en papel durante 2014, así que imagino que le habrán dado una segunda revisión, o eso espero.
Por el resto, menuda joya.
Le tengo echado ya el ojo a El hombre que arreglaba las bicicletas, la siguiente novela de Ángel Gil Cheza, y cuanto saque un hueco, caerá también.
En este link podéis encontrar y comprar el libro en Amazon. Está a 3€ y vale eso y mucho más: La lluvia es una canción sin letra.
Fuente de la primera imagen
Fuente de la segunda imagen
Fuente de la primera imagen
Fuente de la segunda imagen
Me lo apunto por aquí, a la lista de deseos de Amazon, y cuando tenga tiempo lo leeré, que últimamente tengo mucho mono de lectura y no puedo T_T
ResponderEliminar¡Besos!