La noche
de las brujas ya está aquí. Llevamos todo el mes hablando de lecturas
de spooky, de que octubre es el mes para el terror y parece que ya todo
el mundo ha hecho sus recomendaciones para entrar en la noche más
tétrica del año. Yo quiero aportar las mías.
En
vez de buscar libros clásicos de brujas, o películas, o novelas con
elementos de terror, he decidido buscar cinco relatos que se puedan leer
en español y de manera gratuita. No hay ninguno que sea tan largo que no se pueda leer de una sentada, y cada uno de ellos tiene una visión del terror muy
diferente.
Que tengáis una buena noche.
1. La ganadera, de Emilia Pardo Bazán (1888)
Pardo
Bazán tiene bastantes cuentos de terror, pero creo que La Ganadera es
el más brutal de todos ellos, por lo gore y gratuito de la situación: un
cura, que no puede dormir, sale de su casa y se encuentra a todo su
pueblo enzarzado en una lucha a garrotazos contra unos navegantes que
empujaron hasta las rocas hasta hacerles naufragar. Hay sangre, hay una
violencia extrema y no hay piedad, ni para los náufragos, ni para el
pueblo que pierde la razón en busca de la muerte.
"El
rebaño se había perdido, el rebaño no pacía ya en el prado de su pastor
celoso..., y este veía a su alrededor un tropel de cabras descarriadas o
una manada de lobos feroces, rabiosos y devorantes."
2. Sombras en la pared, de Mary E Wilkins Freeman (1903)
Mucho
más sutil es este relato de la autora inglesa, que es muy
representativo de lo que son los relatos de fantasmas y la literatura
gótica. Un hombre acaba de morir, y sus hermanos se reúnen en su casa
tras el velatorio. Pero hay algo raro: hay una sombra en las paredes de
la casa, que no se mueve con la luz de los candiles. Que les sigue. Y de
alguna manera, parece que acusa a alguno de ellos.
"—¿Por qué no pones la lámpara en esta mesa, como dice ella? —preguntó Caroline, casi con fiereza—. ¿Por qué actúas así, Rebecca?
Rebecca
cogió la lámpara y la posó en la mesa en el centro de la habitación sin
una palabra más. Entonces se sentó en el sofá y colocó una mano sobre
los ojos, como para protegerlos, y permaneció así.
—¿La luz te hace daño a la vista y esa es la razón por la que no querías la lámpara? —preguntó la señora Brigham con amabilidad.
—Siempre
me ha gustado sentarme a oscuras —contestó Rebecca de forma ahogada.
Cogió el pañuelo con prisa de su bolsillo y rompió a llorar. Caroline
continuó escribiendo, la señora Brigham cosiendo.
De repente, mientras la señora Brigham cosía, miró de reojo la pared frente a ella. El vistazo se convirtió en una mirada fija."
Podéis leerlo en el nº3 de la Revista de La Nave Invisible, traducido por Laura Morán Iglesias
(descargar aquí).
3.Sustitutos, de Lisa Tuttle (1992 pero reimpreso muchas veces)
Inquietante e incómodo, sigue a un hombre que se encuentra a una criatura desagradable en una acera. No es la única, puesto que, sin que nadie hable de ellas ni nadie llegue nunca a decir qué son o de dónde vinieron, estas empiezan a apoderarse de su rutina; una presencia agobiante y silenciosa que le van a cambiar la vida.
"El bicho vio a Stuart y se rebulló con movimientos descoyuntados y
espasmódicos. Se irguió y emitió una especie de sonido sordo y ahogado.
Fue como si el gemido tocase un punto sensible de Stuart, como el
contacto del metal con un empaste, y al verlo ahí, lloriqueando medio
asfixiado, flexionando y moviendo las garras escamosas en un intento por
arrastrarse, Stuart sintió náuseas y pavor."
4.Cómo encender una cerilla, de Paula Peralta (2020)
Este relato está jugando todo el rato con las ambigüedades: ¿es una casa encantada, o se lo imagina la protagonista? ¿es un relato de terror con o sin elementos sobrenaturales? Dos hermanas recogen la casa después del funeral de su madre, una señora que las maltrató desde que eran pequeñas y que parece que ni muerta va a dejarles descansar. Salvo que ellas aprendan a deshacerse de ella antes.
"Avanzo, no sin miedo, escalón a escalón, hasta que el piso de arriba está ahí mismo, vacío. Vacío,
claro. Hueco como un cofre enterrado. Hambriento, también, porque lo único que lo llena son el polvo y la
dejadez, viejas historias sin poder alguno y la mugre del abandono.
Las escaleras lo saben, y mis costillas también. Que allí ya no queda nada que pueda volver a empujarme, nada que
pueda volver a hacerme caer de espaldas. Entonces, ¿por qué no soy capaz de levantar el pie y dar un paso más?
¿Qué es lo que me detiene justo antes de llegar?"
5.La lotería, de Shirley Jackson (1948)
Hay
veces que lees un relato y entiendes al momento por qué es un clásico.
Se publicó en el The new yorker en 1948 y he leído que pasaron semanas recibiendo
cartas enfurecidas de lectores escandalizados por el relato. Nosotros
lo leemos ahora sabiendo que es terror, pero me pongo en la piel de esa
gente que estaba leyendo una publicación generalista, que les presenta
un pueblo en una mañana apacible, que se prepara para la mañana de la
lotería, y les entiendo.
Qué escritora era Shirley Jackson, qué genia.
"La
mañana del 27 de junio amaneció clara y soleada con el calor lozano de
un día de pleno estío; las plantas mostraban profusión de flores y la
hierba tenía un verdor intenso. La gente del pueblo empezó a congregarse
en la plaza, entre la oficina de correos y el banco, alrededor de las
diez."
Imagen de cabecera: fotografía de Baron von Shcrenk Notzing de 1911.
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