Tengo algunas preguntas para usted, de Rebecca Makkai

Bodie  hizo su educación secundaria en Granby, un internado para niños bien. Durante su último año, una de sus compañeras de clase fue asesinada. Se investigó y se resolvió: metieron a su asesino en la cárcel. El caso quedó cerrado.
Veinticinco años después, Bodie vuelve a Granby. No como alumna, sino como profesora: es productora y copresentadora de un podcast de éxito y le  piden impartir un par de cursos sobre cine y podcast a un puñado de alumnos que se quedan en el internado durante las vacaciones.
Volver a Granby es volver a revivir las memorias de su estancia alllí. La adolescencia, los amigos, el bullying... y una y otra vez la noche del asesinato. Mirar con ojos de adulta lo que le pasó a su compañera en 1995 le hace entender el caso y la deficiente investigación que se hizo de una manera muy diferente a cómo la vieron cuando ocurría todo.

Cubierta de la edición en España: una foto analógica con flash de una chica joven sonriendo. Está rasgada a la altura de los ojos.

He leído muchas veces que Tengo algunas preguntas para usted es un libro de un true crime ficticio. Tambén he leído que trata el tema del me too. Y aunque esos dos temas sí son centrales en el libro, yo me llevo otra interpretación diferente: el libro fundamentalmente trata de cómo las historias que nos contamos conforman nuestra realidad. Bodie no deja de darle vueltas y de contarse la misma noche una y otra vez: primero, con lo poco que sabía cuando era adolescente. Luego, con su perspectiva de mujer adulta. Poco a poco, va completando su visión con el resto de datos que descubre indagando en la investigación de la policía. Cada uno de sus compañeros de clase aporta sus recuerdos. Todas estas historias cambian la realidad de lo que pasó esa noche. Los recuerdos e impresiones de Bodie y de cada uno de los personajes son personales, son subjetivos: llegar a la realidad es tan difícil como hacer un collage de cada una de las experiencias de esa noche. ¿Cómo se puede llegar a saber cómo pasó algo que nadie vio? Hay detalles que la cambian entera. Las motivaciones. Las deducciones subjetivas. Los prejuicios. Lo que se da por supuesto pero nadie confirma. Todo forma parte de una historia, cada vez más elaborada y compleja, de qué pasó y por qué pasó cada una de las cosas que ocurrieron esa noche.
Bodie revive una y otra vez la noche del 3 de marzo de 1995. Y cada vez, la noche es diferente. Pero cada vez, la noche termina igual: Thalia Keith flotando en la piscina, con un bañador que no era suyo, dentro de un recinto del que nadie tenía la llave.

Estoy de acuerdo en que, en cuanto a forma y argumento principal, Tengo algunas preguntas para usted es un true crime ficticio. El argumento se mueve alrededor del asesinato de Thalia, que lleva dos décadas formando teorías y avivando subforos y grupos de facebook de investigadores aficionados. Pero creo que la manera en la que desarrolla la historia tiene una diferencia fundamental con el resto del true crime: lo importante no es llegar al final. En el true crime, se cuenta una historia para llegar a su resolución y se cuenta sabiendo cómo va a terminar: toda la estructura, los detalles y la introducción de personajes se hacen sabiendo hacia dónde se encamina y para, desde el principio, ir encajando las piezas que formarán una resolución satisfactoria. La del true crime no es una investigación como la de una novela detectivesca, que por ratos juega al despiste y deja huecos para que el lector complete la historia, porque aunque quiera seguir varias teorías, la propia narración te va a guiar hacia la final.
No es la estructura que sigue esta novela; ni la que pretende seguir en ningún momento. 
Después de leer el libro, creo que la investigación del asesinato de Thalia no es el tema principal. Sí es cierto que lo que ocurrió esa noche y dónde estaba cada uno de los personajes no dejan de estar presentes, pero a lo que Bodie no deja de darle vueltas, y el lector con ella, es que la realidad es subjetiva, que hay múltiples realidades; y que nuestra realidad está formada por las historias que nos contamos. En esta novela, más que una investigación, hay una interpretación constante de hechos y personajes.

Me ha gustado muchísimo esta novela y este enfoque, en parte porque me recordó a algo que viví hace unos pocos años, y que de vez en cuando vuelve a ocurrirme. Yo siempre he vivido en un pueblo pequeño, y mis compañeros de clase fueron casi los mismos desde los primeros cursos de Infantil hasta Bachillerato. Vivimos gran parte de nuestra infancia juntos, y luego nos desperdigamos; cuando terminamos el instituto fuimos siguiendo cada uno nuestra vida.
Unos 10 años después de perder casi todo el contacto con ellos, me volví a encontrar con un par de compañeras que sí habían estado juntas todo ese tiempo.
Hablando como adultas, descubrimos muchas cosas que como adolescentes no vimos. Yo pensaba que por haber pasado todos esos años juntas las conocía y sabía cómo era su vida: pero pasaron muchas cosas de las que yo no era consciente. Algunas felices y unas cuantas no tanto. De la misma manera, me di cuenta de que ellas ni siquiera habían oído hablar de muchas cosas que para mí son obvias y fundamentales sobre mi vida.
Esos primeros días en los que estuvimos hablando y recordando cómo habían sido nuestros años de instituto cambiaron mi perspectiva sobre ellas en aquel momento. Una no le tenía un cariño extraño a aquella chaqueta tan fea: en su casa no tenían dinero para comprar otra. Otra no es que no tuviera prisa en irse a su casa porque se aburriese allí: sus padres trabajaban hasta tarde, su hermana se había ido a la universidad y se encontraba muy sola; que es muy diferente. Me enteré de que tuve compañeras que vivían con padres maltratadores, compañeros que tenían muchísimo más dinero del que teníamos el resto juntos. Ellas también descubrieron partes mí que jamás había compartido en clase, simplemente porque nunca pensé en hacerlo.
Hablando sobre lo que pasó aquellos años, descubrí muchas cosas de las que en el momento no era consciente. También sobre los profesores y otro personal del instituto. Y como Bodie, descubrí que también tuve un profesor simpatiquísimo que nos encantaba a todos que resultó ser un abusador y me he encontrado reviviendo nuestras interacciones una y otra vez desde entonces.
No nos vi igual desde que nos reunimos y compartimos todo aquello. Y sé que si sigo reencontrándome con la gente con la que compartí tantos años, mi perspectiva seguirá cambiando. Como Bodie cuando va entrando en contacto con sus antiguos compañeros. 

Bodie se pasa la novela intentando descubrir la verdad. Y la verdad nunca va a llegar porque la realidad no se puede aprehender. Solo podemos explicarla contándonos historias alrededor de ella: cada vez que Bodie se cuenta la historia de la noche en la que murió Thalia, lo hace añadiendo detalles que la hacen todavía más compleja y subjetiva. Y son detalles que lo pueden cambiar todo.
 
Una ilustración de una chica buceando en una piscina. La luz se refleja en su piel y en el agua como cientos de pequeños espejos.

Todo el mundo tiene que tener una opinión sobre algo que disfrutan, en su mayoría, las mujeres. Y el true crime, un tipo de comentario social que se aleja tanto de los roles que tienen que seguir las buenas mujeres, también tiene mucho discurso alrededor. Cuando me fijé en Tengo algunas preguntas para usted por primera vez, lo hice con la curiosidad de leer qué clase de opiniones tenía sobre el true crime o cómo lo reflejaba. Y a mí me ha gustado el tratamiento que hace del tema y los comentarios que deja el libro sobre el true crime como género documental, como pasatiempo y también sobre los detectives aficionados online. Es una opinión que, leyendo reseñas, parece que no le ha gustado demasiado a otros lectores: no hace una condena del true crime, ni hay una defensa férrea de la intimidad de la familia, ni les da una potestad total respecto a lo que pase en el caso amparándose en su dolor; que son las opiniones mayoritarias que se suelen leer en redes sociales de la gente que no suele estar en contacto con el true crime.
En cambio, en vez de simplificar el tratamiento que de estos temas, Rebecca Makkai muestra sus complejidades a lo largo del libro: por supuesto que las familias han sufrido un hecho traumático y no es del todo justo obligarles a revivirlo. Pero, ¿es justo acaso que una persona pase toda su vida en la cárcel por algo que no hizo, solo por no molestar a una familia que quiere vivir tranquila? ¿El dolor de la familia es equivalente al dolor de la víctima? ¿Merece la víctima que su asesinato no se resuelva? Y las mujeres que se vayan a relacionar con su asesino real el resto de su vida, ¿merecen no saber qué es capaz de hacer? Además, nada de esto es incompatible con la censura al espectáculo que terceras personas son capaces de generar a partir de un crimen cometido contra una mujer normativa y con una vida aspiracional. Tampoco lo es reconocer los privilegios de Thalia, como estudiante y como víctima, aprovecharlos y aún así desear que todas las mujeres víctimas reciban la misma atención y cuidado que una chica joven, guapa y privilegiada.

Tengo algunas preguntas para usted, paradójicamente, contiene pocas respuestas. También se mete sin miedo en temas relacionados con el me too, y acepta, desde todas las malas decisiones que toma Bodie, que somos seres contradictorios que caen en contradicciones. Nuestras reacciones no son blanco o negro, no tienen por qué ser coherentes todo el rato y eso no nos hace menos feministas.
Tanto cuando trata el true crime sobre como el me too, Rebecca Makkai hace más un comentario que una exposición, y parece que es algo que ha molestado a algunos lectores. No pretende dar respuestas ni hacer que Bodie o el resto de personajes hagan siempre lo correcto, ni que elijan ser caballeros impolutos con las opiniones correctas. Simplemente, son personas que viven sus vidas. Aciertan en algunas decisiones, meten la pata en otras. Son personajes modelos en algunos momentos y se enfangan en otros.
Como el resto de los humanos.

No sé si he conseguido que esto fuese una reseña del libro. Me ha gustado muchísimo y me ha enganchado desde las primeras páginas. Los puñetazos que da de vez en cuando la segunda persona le dan frescura a un libro que para otros puede hacerse repetitivo o insuficiente: a mí me ha encantado. El asesinato, las múltiples perspectivas de la misma noche, las pistas que apuntan a varios de los implicados, los comentarios sobre temas sociales, la falta de autocontrol de Bodie, la curiosidad infinita de sus alumnos, y, de telón de fondo, ese escenario único que condiciona toda la historia de cada uno de los personajes y que acabamos conociendo como lo conocieron ellos: Granby.


Tengo algunas preguntas para usted, de Rebecca Makkai está publicado en España por Sexto Piso y traducido por Aurora Echevarría, aunque yo he leído la versión en inglés.

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