Satélite maldito, de Eduardo García y Ángel de la Calle

A mí no me gustan los libros convencionales. Sufrí toda la carrera porque solo podía leer libros normales. Los libros normales me aburren muchísimo. En general, todo lo normal me aburre muchísimo.
En parte por eso acabé en la ciencia ficción: siempre se sale de lo normal y se sumerge en mundos nuevos, diferentes; mejores o peores, entretenidos o más lentos, pero lo importante es que es son diferentes. La ciencia ficción tiene que estar constantemente buscando cosas nuevas, y no hay dos libros o dos autores iguales: me obliga a no relajarme y a descubrir lo nuevo de manera constante.
Hacía ya tiempo que los librojuegos me daban curiosidad. Cuando era pequeña tuve un par de ellos (el que mejor recuerdo era el de unos niños detectives, que tú tenías que ayudarles a resolver los crímenes analizando las ilustraciones de las escenas), pero hace mucho que salieron de mi casa. Sé que hay librojuegos para adultos, pero, seamos sinceros, no tienen una entrada accesible. Todos los que he visto tienen portadas muy nicho D&D de fantasía oscura y los que investigué tenían hojas de personaje, sistemas de batalla, unas sinopsis de 15 líneas, un montón de nombres y unas cubiertas horrorosas.
Era algo que tenía en mente probar, pero no encontraba con qué hacerlo.
Pero en la caseta de libros de segunda mano, durante el Celsius de 2023, encontré Satélite maldito, escrito por Eduardo García e ilustrado por Ángel de la Calle. Es un librojuego infantil, pero costaba 1€. Por 1€ puedo probar a ver qué es.
Y es el libro con el que más disfruté en meses. Aún hoy pienso en él y sonrío. Cómo me arrepiento de no haberme llevado los cinco o seis que había en la caseta.

Cubierta del libro: una ilustración a color en el que tres personajes corren desde una luna hacia el espectador, por encima de la corteza curva de la Tierra.

Es difícil hacer un resumen del argumento, porque este no deja de avanzar y cambiar. Los personajes vienen, te dejan con otros personajes, avanzas sin ellos... no tiene una estructura clara. Tampoco tiene un fin claro: tras una aventura, aparece otra, y luego otra, y aunque están relacionadas, jamás podrás adivinar qué ocurre a continuación. ¿Un laboratorio secreto? ¿Una luna artificial? ¿Piratas? ¿Quién sabe?
El argumento empieza cuando estás en una nave espacial.
 
"En uno de los lados se levanta la pantalla de televisión TV-4. El espacio está allí. Hombres enfundados en monos de trabajo color plata trabajan en las mesas de control, cada uno de ellos con la ayuda de una pantalla individual de circuito cerrado, como pequeñas ventanas con amplias vistas al infinito".
 
 Aparece un jefazo que da órdenes de emprender el camino a Ío, el satélite de Júpiter. Y lo dice así:

"-En siete días, grupo de pelanas analfabetos, yo, Sisebruto I, os transportaré a la gloria espacial."
 
¿No es una cosa increíble?

Página a página te metes en una aventura en la que tú eres protagonista y vas a tener que ir resolviendo los problemas que aparezcan: aterrizar un avión, salvar un satélite, encontrar una ruta estelar, detener al malo. Acompañado de personajes con nombres tan fantásticos como Popotinov o (el mejor nombre de personaje que he leído en años) Julius C. Punto. La emoción del texto se ve apoyada y aupada por las ilustraciones de Ángel de la Calle: algunas son necesarias para la historia, porque son mapas; otras simplemente acompañan a los momentos estelares de la aventura.
El lector participa activamente en la historia: además de ir saltando entre capítulos según sus decisiones, elige claves para abrir puertas, escoge contraseñas, decide rumbos; el libro va más allá de pedir que se tome una decisión u otra; hay elecciones tan increíbles como pensar seis palabras relacionadas con tu cuarto, y conseguir tantos puntos como el personaje pueda adivinar. Y adivina bastante.
Foto a una de las páginas interiores. Casi toda la página está ocupada por un mapa de una habitación visto desde arriba: hay muebles indicados como tal, un pasillo, una habitación más pequeña anexa un punto que dice "tú estás aquí".

Satélite maldito es una experiencia irrepetible. Me lo pasé a lo grande dejándome llevar por la locura interna de la historia, aceptando los giros argumentales, hablando con los personajes y sin poder adivinar dónde iba a terminar todo aquello. No exagero si digo que disfruté con entusiasmo cada una de las páginas de esta experiencia.
Me gustaría encontrar más libros de la colección, pero llevan tantísimo descatalogados que tengo pocas esperanzas. Si hay ahí fuera libros que pueden hacer que me sorprenda a cada página y que me lo pase tan bien como con este, voy a ir a por ellos.

Quizás ahora me atreva con librojuegos para adultos. He visto que hay unos cuantos sencillos, basados en detectives (aunque de pequeña se me dieron fatal) o en scape rooms. He visto otros con otros argumentos que no dependen tanto de los conceptos del rol. Y me da pena estar tan segura de que ninguno me hará sentir la mitad del sentido de la maravilla que sentí con Satélite maldito.

Satélite Maldito está escrito por Eduardo García e ilustrado por Ángel de la Calle. Fue editado por Ediciones Júcar, dentro de la colección S.O.S Tu libro juego de aventuras en 1988.

Otra de las ilustraciones interiores, en blanco y negro: dos hombres altos vestidos con trajes de astronauta que más bien parecen de soldador, agarran de los hombros al protagonista, que pone gesto de sorpresa.



Todas las fotos las he hecho yo, a mi ejemplar.






**No estoy buscando recomendaciones de librojuegos para adultos, aunque sí podéis hablarme de alguno que hayáis leído y disfrutado.

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