8 de mayo de 2013

Un kebab, varias granjas, algunos canguros y una vida por exprimir

Qué pronto vuelvo a escribir en el blog, después de meses escribiendo una o dos entradas al mes. ¿He acabado otro libro ya? No, pero casi, y quiero escribir sobre él.



Después de pasar dos meses con dos libros, quería leer algo más cortito, un poco menos intenso y largo. Aunque ni el título ni el argumento me llamaban, hacía tiempo que había escuchado hablar de Un kebab, varias granjas, algunos canguros y una vida por exprimir de Jaime Barroso, y lo tenía en la cola.
Lo conocí gracias a Sôber y a la canción que hicieron para la banda sonora del disco. Tras probar el libro, creo que sigo creyendo que me gusta su música, pero no las decisiones personales que toman. Apenas había leído un par de capítulos del libro cuando decidí dejarlo; tengo demasiados libros a la cola y tengo demasiadas ganas de leerlos como para seguir con un libro a disgusto. Quizás en un tiempo lo retome y hable de él, pero ahora quiero explicar qué no me ha convencido.

El argumento del libro no me atraía. Las historias de viajes, descubrimientos personales y esa clase de historias que suelen apelar al lector y les despiertan un algo dentro nunca me llamaron la atención. Pero a mí las historias me dan más o menos igual; lo que me importa es cómo me la cuentan. Una historia simple, incluso cutre, si está bien contada, me va a gustar. Y es en lo que ha fallado este libro.
La narración y el estilo del narrador es lo que me han impedido seguir con el libro. No me ha gustado el tono en el que está narrado: de una manera sencilla y supuestamente cómica, que yo he interpretado como casi condescendiente. Como si infantilizara al público o supusiese que iba a ser tonto y hay que contarle las cosas despacito y sencillas. Además, está plagado de repeticiones de conceptos, pronombres relativos y de juegos de palabras y chistes malos y fáciles que ensucian el estilo y la fluidez de la narración.
Pero sobre todo, lo que más me llamó la atención negativamente es que, en los dos primeros capítulos que leí, no hay acción. Bueno, hay un poco: cuando Pau cena con su amigo el kebab y va hasta su casa y cuando, ya en el hospital, habla con el niño con leucemia. El resto de las páginas se basan en descripciones directas de los personajes, de su presente, aspiraciones, deseos, miedos, etc. Prefiero conocer a los personajes por lo que hacen y por lo que dicen a tener que fiarme de lo que el narrador diga. Me resulta poco natural leer páginas y páginas sobre un personaje, sabiendo que está delante de mí, esperando para actuar, en vez de actuar por sí mismo. La impresión que me han dado esas páginas mientras las leía era que estaba delante un resumen de ese personaje y de su historia, que estaba narrada y extendida en otro libro. El narrador emplea demasiado tiempo en describir el interior de los personajes en vez de contarnos las acciones que nos pueden llevar a conocerlo.
Además, me he encontrado pequeños detalles que me chirriaban. Como, por ejemplo, cuando cuenta las impresiones de Mar para enamorarse de Pau, dice que le gustaba su “entusiasmo”, cuando llevaba páginas diciendo que Pau era un ser anodino, que vivía siguiendo la corriente, sin plantearse si le gustaba su vida o quería cambiarla. ¿Entusiasmo por qué? En otra clase de obra, con otra clase de planteamiento, quizás hubiera pasado desapercibido, pero ya no estaba valorando positivamente el libro, y no pude dejarlo pasar.

No he llegado a entrar en la historia en sí por lo que no puedo hablar de ella, pero sí de la manera con la que están contados los primeros capítulos, e imagino que el resto.
Admiro que Jaime Barroso haya conseguido publicar su primer libro, que haya conseguido crear una banda sonora para él, incluso convencer a un grupo como Sôber para hacerle una canción a propósito.
Quizás estos sean “fallos” de principiante, o que el autor ni siquiera haya reflexionado sobre lo que acabo de decir; aunque lo más probable es que a él le guste así y a mí no, sin más. Pero de momento, dejo este libro parado.
Y como quería leer algo cortito entre Crónica del asesino de reyes, me he puesto a leer Los juegos del hambre, que alternaré con El médico. Brevísimo todo.

1 comentario:

  1. Los juegos del hambre te lo beberás, se lee con bastante facilidad y engancha. El médico es más denso, pero está tan bien contado que merece mucho mucho la pena.

    ¡Besos!

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Suficiente blog por hoy. ¡A escribir!