14 de julio de 2012

La elegancia del erizo, de Muriel Barbery

Este libro lo descubrí gracias al programa Página 2. Hicieron una comparación entre el libro y su película, y ya mientras lo veía decidí que ese libro tenía que leerlo. Lo busqué en un par de bibliotecas, no apareció y lo fui dejando. Pero cuando apareció en el Rincón de la Expresión la propuesta del Club de lectura, lo propuse sin pensar, para atacarlo ya que era verano, y atacarlo con compromiso. Fue el primer libro que escogimos para leer, y aunque el plazo para comentarlo acaba mañana, ya hace un par de días que lo acabé. Es el libro La elegancia del erizo, de Muriel Barbery.

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Este libro gira en torno a dos personajes, que viven en el mismo edificio pero son muy diferentes y parecidos a la vez. Uno de ellos es Paloma, una niña de 13 años, hija de un ministro. La otra es Renée Michel, la portera del edificio, una señora cincuentona y desgastada por la edad. Las dos son personajes solitarios, extraordinariamente inteligentes, que por diferentes razones esconden lo que son, lo que saben y lo que piensan. A través de otro personaje se conocerán y conectarán las dos.
En el libro se va alternando la acción con las reflexiones sobre lo efímero, la Belleza, el Arte, y los detalles que forman el mundo, aparentemente invisibles.

Tuve que darle unos capítulos para meterme dentro del libro. La primera mitad me pareció un poco estática, porque se van salteando los capítulos del diario-libreta de Paloma con el día a día de Renée, y en ninguno de ellos parece que pasen demasiadas cosas. Pasan cosas, pero no creo que lleguen a formar una acción continuada. Nos dejan conocer bien a los personajes para luego poder hacer avanzar mejor la historia, pero se me hicieron un poco largos.
Sin embargo, en la segunda mitad, marcada con la aparición de Ozu, me encantó. Aunque se sigue divagando ligeramente, ya hay una acción más típica de una novela, los capítulos no están tan desgajados y ya te enganchas (algo que hacía tiempo que no me pasaba con un libro).
Cosas de filólogas quizás, pero durante esa primera mitad más estática me di cuenta de cómo está formado el discurso del libro, y lo bien que lo mezcla: tiene tanto reflexiones con un tono y un lenguaje elevados y precisos, como pasajes más "irrelevantes" con un lenguaje más coloquial, e incluso a veces se permite mezclar ambas cosas y "subir" el registro cotidiano al lenguaje formal, o "bajar" el formal al mundo cotidiano. Me llamó mucho la atención esta capacidad de mezcla, este registro dinámico que pega completamente con los personajes, y que les queda tan bien.

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Esperaba otra cosa del libro. Esperaba conocer algo mejor a Paloma, pero lo único que se conoce de ella hasta prácticamente el final del libro son sus reflexiones sobre el mundo, no la conocemos a ella de verdad. También esperaba más interacción entre Paloma y Renée, esperaba que se conociesen un poco antes, y que pasaran más tiempo juntas, sobre todo por esas sinopsis traicioneras que leí antes de coger el libro, y que hacen entender que reflexionan juntas y que pasan tiempo juntas en general, cuando es mentira porque pasa muchísimo tiempo hasta que se conocen, y se nos cuentan pocas cosas de qué pasa cuando se reúnen. En ese sentido me ha sabido a poco, me parece que tenían mucho potencial juntas y no se explota todo lo que se podía explotar.
Sin embargo, no esperaba al personaje de Ozu y me ha encantado. Es un personaje puramente estético, y parece que su única misión es cambiar el mundo de Renée y ponerla en contacto con Paloma. Todo en Ozu es bonito, todo lo que hace es estéticamente bonito, elegante y sabio. Me fascina este personaje, siempre tan pulcro y tan acertado, tan educado y tan bueno. No esperaba que apareciese, ni que tuviese ese papel en el libro, pero me encanta como personaje y como agente de cambio.
Otra cosa que mientras la iba leyendo me iba fascinando es la relación que se establece entre Renée y Ozu. Aparentemente son amigos, con una amistad basada en el respeto, la admiración y la curiosidad. Pero mientras vas leyendo, ves algo más latente, que no se llega a hacer presente en palabras hasta bastante tiempo después. Ves que se fragua una historia que va más allá de la amistad, que se va dejando caer con pequeñas pistas, sobre todo en los pensamientos y en los detalles de Renée, pero en ningún momento dice claramente qué siente por Ozu, qué cree que Ozu siente por ella... pero lo sabes. Es una de las cosas que más me sorprendieron del libro: esa capacidad de insinuar, de transmitir sin haber dicho.
Otra cosa que me gustó mucho del libro es la delicadeza que tiene al contar algunas cosas, la belleza estética de lo que describe. Por ejemplo, el capítulo en el que Renée cuenta qué pasó con su hermana y la lluvia, o la simbología propia que le da a la camelia, y sobre todo, que se haya ayudado tanto de referencias literarias y culturales en general. Desde filósofos (la autora es profesora de filosofía) a lingüistas (Jackobson), escritores, personajes, películas, etc. Me encanta la intertextualidad, en encanta que un texto enlace con otro, y en este libro de esas cosas hay muchas.
Pero tiene que haber un “pero”. No me ha gustado el final. Los personajes empezaban a vencer a la soledad y la desesperanza, empezaban a ser optimistas y a ver el mundo de manera diferente, y el final lo chafa todo. Sin embargo, por otro lado me “gusta” porque me llama la atención. En el final de este libro veo una referencia al final de otra historia y un personaje que tiene bastante cosas que ver con Renée Michel. El final de este libro me recuerda muchísimo al final del relato de Un corazón sencillo, de Flaubert (que está dentro del libro Tres cuentos, que también propuse para el Club de lectura y que a lo mejor leemos pronto). A lo mejor son apreciaciones mías y las semejanzas no son tantas. Imagino que Muriel Barbery ha leído a Flaubert, posiblemente también ha leído Un corazón sencillo, y este final está influido. Si quisiera emular a Félicité hubiera incluido más cosas, pero yo sigo viendo a ese personaje y al final del cuento en este libro. Si lo leemos en el Club de lectura ya veremos qué piensa el resto de la gente.

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En general, me ha gustado. Me ha gustado cómo está contado, me ha gustado el detallismo con el que describe, las cosas que describe, la importancia de las cosas efímeras que forman el mundo, y sobre todo, el sentido estético que tiene todo el libro. Me encantan todas las referencias extratextuales que tiene el libro, y en general, todo él.

En español está editado por Seix Barral (ISBN 9507316108) y han hecho una película sobre el libro, titulada "El erizo", estrenada en 2009.

1 comentario:

  1. Al final, con esto del club de lectura, nos vamos a animar a leer muchísimo y vamos a descubrir bastante literatura. Eso me gusta :)

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Suficiente blog por hoy. ¡A escribir!